Rodando en una Pasión

Capítulo 17.

No confíes en nadie.

Mi prima Hel y yo preparamos algunas galletas para llevar a un compartir que tenemos mis amigas y yo para celebrar nuestra próxima graduación.

¡Ya seremos bachiller!

Ahora es cuando se acerca el momento más esperado y temido de mi vida: el futuro.

No puedo creer que yo hace poco era una niña y ahora soy toda una adolescente a punto de cumplir su primera meta: bachillerato.

Me siento... emocionada.

—Imagino que estás nerviosa —supone Hel, mirándome batir la mezcla de galletas— ¿fuiste hoy ha ensayo?

—Si, estuvo bueno —me rio— los muchachos estaban gritando como locos y haciéndole mofas a todo el que pasaban al frente, fue gracioso.

—Imagino a los profesores estresados.

—Uy si —me quejo— la de Geografía era la más obstinada, como siempre, y lo peor es que ¡Ni siquiera a los ensayos falta! Estoy pensando que no tiene vida social.

Ella rie conmigo mientras metemos otra bandeja al horno.

¡Galletas de chispas de chocolate!

Miro a mi prima, quién está sentada en el mesón de la cocina, jugando con la naranja del frutero.

Suspiro.

—¿Todo bien con Oswen?
—pregunto suave. Ella niega.

—Terminamos ayer.
—informa con tristeza.

¡¿Terminaron!? ¿Pero cómo?

La miro sorprendida, imaginando miles escenas donde mi prima es infiel y él es la víctima. Pero veo que a veces juzgamos o defendemos a las personas sin saber lo que realmente pasa.

—Él... me engañó —su voz se quiebra y yo siento una ira profunda en mi ser al verla llorar por alguien— me engañó con su ex, es una larga historia que no quiero volver a decir.

Mis ojos se cristalizan al ver lágrimas correr por sus mejillas, al ver el sufrimiento que Hel estaba guardando en su alma.

Y ahora entiendo, que las personas que más sonríen, tienen heridas profundas en su Alma pero, tienen el coraje suficiente para seguir viviendo la vida como si nada hubiera pasado.

No es "fingir" una sonrisa, es que a pesar de todo, sigues sonriendo porque eres una persona increíble, porque eres fuerte.

Limpio las lágrimas que mojaron sus mejillas, suspirando al ver que ella solloza frente a mí.

—Nunca me imaginé eso. Lo esperaba de ti. —confieso. Ella ríe.

—Todos lo esperaban de mi, ya sabes, soy la chica más "liberal" de la familia, pero lo que no saben es que cuando yo quiero... quiero bonito. No tiene nada que ver que tenga muchos pretendientes y me divierta, porque mi amor por alguien no se define por mi pasado o cuantas personas haya besado.

Tiene toda la razón.

Pero, igualmente, a veces las mujeres que viven la vida como si no hubiera mañana son juzgadas por la cantidad de hombres que han tenido.