"Caso perdido".

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Capítulo 1
Liz Anderson

Eran las 8:00AM y todavía no tenía ninguna intención de levantarme de la cama, si, se lo que estás pensando, y es cierto, soy muy remolona, en pocas palabras , un caso perdido como diría mi madre. 

Actualmente vivo sola desde hace una semana , por eso el motivo de que me haya despertado tarde y no este ya en la preparatoria .  Mis padres tuvieron que viajar a las afueras de la ciudad para cuidar a mi abuelita , tiene 85 años y no se encuentra nada bien , mi tía había llamado para informarle la situación de su estado de salud , y pues decidieron ir a vivir unos días con ella en lo que se recuperaba. 

Siempre he sido muy responsable, obvio, mi problema con despertarme a tiempo era un caso aparte. Les prometí que pondría mínimo dos alarmas en mi teléfono celular , que no tendrían por qué preocuparse. Pero como ven si tenían que preocuparse aunque sea un poco.

Me levanté, tomé una ducha, me cepillé los dientes, , busqué en el armario una ropa casual, aclaro, cuando me refiero a una ropa digo cuatro mudas, me las probé frente al espejo y me decidí por un vestido sencillo de color azul marino  que caía ligeramente  a 5 centímetros por encima de mis rodillas , de mangas cortas  y el escote en forma de uve  , me encantaba ese vestido , me hacia resaltar  las boobies de una manera sutil  sin estar enseñando tanta carne.  Me desenredé mi  cabello rebelde , lo acomodé en una coleta alta , agarré mi cartera que hacía juego con el vestido y salí como alma que lleva el diablo. 
La parada del Metro estaba repleta de personas , Dios ¿ Ahora cómo iba a llegar a tiempo? , reclamaba en mi cabeza. 
Saqué mi celular de la cartera color azul y los auriculares , los conecté y puse reproducir a mi playlist.  Al escuchar mi canción favorita "Teeth"  de 5 Seconds of Summer cerré los ojos unos minutos para disfrutarla como se debe . Después de tres minutos con veintiún segundos abrí los ojos y por suerte ya podía observar que se acercaba el autobús. 
Subí, pagué y caminé hasta el final donde me senté en un asiento que tenía ventanilla a su derecha , me gustaba mucho mirar a través de  ella. 

Finalmente después de una hora y media de viaje llegué a mi destino, corrí desesperada hacia el interior del pasillo donde se encontraba mi aula , me detuve en seco cuando escuché la voz de la profesora de Literatura Alicia. Era una mujer de 49 años , un poco obesa , rubia y de tez blanca como la leche . Odiaba que un alumno llegara tarde a su clase , pero por suerte tenía a mi favor que era muy buena en esa materia.

-Permiso profe , siento llegar tarde, es que mi alarma no sonó y por eso no me desperté a tiempo. - dije con voz firme , mirándola a los ojos.

  -Pase señorita Anderson ,tome asiento y que no vuelva a suceder ¿ ok? . - dijo la profesora Alicia haciendo énfasis en mi primer apellido con voz amable pero al final un poco autoritaria cuando dijo el ok. 

-Gracias, no se volverá a repetir. - dije con una sonrisa en mis labios y me incorporé a mi asiento. 

Me acomodé en mi silla y no vi a Raúl.  

Raúl Sosa Rangel es mi mejor amigo la persona que más me conoce en esta vida y pues sé que te va a sonar a cliché pero lo tengo que confesar , desde la primaria estoy enamorada de él. 

Aún recuerdo cuando nos conocimos ,era un día soleado y mamá me había prometido días antes que me llevaría al parque para jugar y lo cumplió ese día. 

14 de marzo del 2010 

-Mamiiii ¿Me puedes comprar un helado ?. - le pregunté a mi mamá que se encontraba conversando con una vecina.                                    
- Está bien Liz, Aurora nos vemos más tarde hazle llegar a la señora Lidia mis saludos. - Le dijo mamá a nuestra vecina al despedirse.

-Dos helados por favor . - le pidió mamá al vendedor ambulante.   
                                        
- ¿De qué sabor lo desean? . -preguntó el vendedor dirigiéndose a mi dibujando una sonrisa amable en su rostro.                                  
-¡Chocolateeeee!!! . - entoné muy emocionada mirando al vendedor , no lo había visto en mi vida pero se notaba que era un buen hombre y sobre todo, sabía ganarse a los niños con su carisma.   

  - Bueno que sean dos de chocolate. -dijo mamá.       

-Marchando dos deliciosos helados de chocolate.- cantaba el vendedor     
 
- Gracias. - dijimos mamá y yo al unísono .               

Nos sentamos en un banco de hierro de color negro a disfrutar de los helados , me encantaba el chocolate ,nunca me aburría . 

Sentí como algo rozó levemente mis pies, bajé la mirada y era una pelota blanca con círculos negros que la adornaba por todas partes ,miré al frente venía corriendo un niño hacia mí. Era delgado, de tez blanca, ojos azules,cabello lacio pero alborotado color miel .                                   
 -Perdón , no fue mi intención , juro que no fue a pro propósito. -tartamudeó el niño .     

 -No te preocupes . -lo tranquilizó mamá sonriéndole .  -¿Cómo te llamas?. -le preguntó mi mamá al desconocido,tomó la pelota entre sus manos y se la devolvió al niño , cuando este la tuvo en su poder me miró.                                   
-Gracias señora ,mi nombre es Raúl.-dijo el niño feliz de haber recuperado su pelota y de que no lo regañaran. -¿Quieres jugar?. -me preguntó el niño desconocido.                                 
-No gracias estoy tomando helado, ¿gustas? . -le pregunté estirando mi mano inocentemente hacia él.                                                                     
-Liz mejor le compramos uno, ¿no crees? . -me dijo mamá.                                                                
 -No, no , gracias. -respondió Raúl nervioso , nos dió la espalda y se marchó corriendo hacia donde se encontraban otros niños que parecían  ser sus amigos. Miré a mamá extrañada.               

-A lo mejor no le gusta el helado Liz. -dijo ella acariciando mi cabello.   

-Eso es muy extraño ¿A quién no le gusta mami? . -pregunté con cara de horror ,no podía creer que existiera alguien en este mundo que no le gustara  el helado.  Mamá sonrió levantándose del banco, indicando que era hora de irnos .                               

 No era consciente de que ese día había conocido al amor de vida. Que ese niño tan tímido pero alegre a la vez iba a ser el causante de mis sonrisas , mis llantos y esas ansias de que correspondiera esos sentimientos tan hermosos que tenía hacia él. 

"Lo que nos une". ( En Proceso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora