❛ Lord ❜ ¦ Muzan Kibutsuji; Kny

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Unos ojos de un color rojo intenso, semejantes a la sangre, miraban el firmamento con el entrecejo fruncido. Sus ojos eran una anomalía hermosa, pero lamentablemente maldita a ojos del hombre.

─¡Tú, maldita perra. Todo esto es tu culpa!, ¡Si tú me hubieras hecho caso como una buena esposa, los dioses no nos hubieran maldito con su existencia! ─su voz tenía un tono de ira, demostraba lo histérico que se encontraba.

Sólo le quedó escuchar como su progenitor, perdía la poca cordura que le quedaba.

Los sollozos de su madre lo dejaban aturdido. Sus intentos de calmar la ira de su marido con una voz rota, apenas eran escuchados. Una pobre mujer devota que no podía hacerle frente a su esposo, porque no era bien visto por la iglesia, la religión, ni por dios. Una madre protegiendo a su hijo del monstruo que tenía por padre, aunque lamentablemente ella no podía hacer nada en contra de ese monstruo al cual pertenecía.

El rostro mallugado de la mujer, que portaba siempre una linda y tenue sonrisa era una clara señal del abuso; lo mismo ocurría con primogénito de aquella familia. Que era odiado, simplemente por el hermoso color carnesí que portaban sus ojos.

Esa noche fue la que marcó sus pesadillas. Su cuerpo sufre espasmos por la noche, ya que todavía recuerda vividamente el dolor al sus ojos ser quemados con cenizas, también recuerda horriblemente los últimos gritos de su madre; él como se apago lentamente la llama de su vida.

Perdió a la única persona que le dio amor en su vida, la única persona que no lo juzgó por el color de sus ojos. Todo por culpa de aquel monstruo.

¿Qué clase de persona le tiraría carbón, de una fogata recién usada a su hijo? De igual forma ¿Quién sería capaz de asesinar a hachazos a la persona que ama? Lamentablemente su padre era ese tipo de hombre. Inclusive podría a causarle aún más dolor a su único primogénito.

La venda que cubría sus ojos era realmente incomoda. El único papel que cumplía era que no vieran las quemaduras que habían quedado y lo que una vez fueron unos hermosos iris de color rojo, que ahora solo eran de un color completamente blanco; su único deseo era poder ver como había sido deformado su rostro por su progenitor, todo lo que sabía de su apariencia era gracias a su querido doctor; un señor mayor, que se compadecía de él y que era extremadamente amable.

Llantos Del Corazón; One'shots Ramdon's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora