𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟓

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   Seúl, Corea

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Seúl, Corea. 2017.
Miércoles por la madrugada, exactamente cinco minutos antes de las tres.

Ansiedad es lo único que puede sentir Yeonjun en estos momentos, faltan tan sólo cinco minutos para que finalmente el reloj marque las tres.

¿Era correcto lo que hacía? Por supuesto que no pero no tenía otra opción, estaba desesperado y necesitaba respuestas urgentes a todo lo extraño que le sucedía. Quería saber porque últimamente ha estado viendo a su ex novio fallecido en sus sueños, ¿por qué ha escuchado susurros en la ventana? ¿Por qué siente que alguien acaricia su rostro en la noche y cuando abre los ojos no hay nadie?

No estaba loco, algo sucedía con él y tenía que averiguarlo o entonces si terminaría por volverse un maniático de verdad.

Dormir a Kai hyung no fue fácil, intentó hacerlo de manera normal y esperar a que fuera a la cama pero terminó por complicarse. Tuvo que ponerle un poco de jarabe a su bebida para que finalmente cediera ante el sueño, no quería que Kai lo detuviera.

—Bien, supongo... que es hora.

Yeonjun se asegura de colocarse el escapulario en el cuello, es la única protección que puede tener por el momento.

Está asustado, horriblemente asustado por lo que va a hacer.

Se estira un poco para tomar el libro de la mesita, respira profundamente al menos tres veces antes de decidir abrirlo. Una fría brisa lo envuelve, la misma brisa que sintió cuando visitó a aquella ocultista.

No lo hagas.

El rubio observa frenéticamente la habitación con terror, acaba de escuchar un susurro muy diferente a los que normalmente escuchaba todas las noches cerca de su ventana.

¿A qué se refiere? ¿No hacer qué? ¿Quién es?

Yeonjun le da vuelta a las páginas del libro hasta encontrar la que tenía aquel fragmento de invocación.

Bien, tú puedes hacerlo, Jun. Es por tu bienestar, es por las respuestas, por Hyunjin.

"Cum acceditis ligno et observare." —Susurra ante el espejo con nerviosismo, lo observa unas cuantas veces si desea que el ritual funcione.

"Oculi enim eius ruber, surda aure áudiat peccatorum. at tu ne aut uri."

Las manos de Yeonjun tiemblan a medida de que avanza con las palabras en latín del libro, la flama de las velas se mueven con fuerza amenazando con apagarse. Mierda, no se apaguen, no ahora.

"Non dico, quod nomen eius et urere, sed si vis responsa Soobin et invocabo." —Dice en voz alta, balbucea un poco por el terrible temor que está sintiendo. Cuando era niño, siempre lo asustaban con cosas así y era muy fácil lograrlo. Ahora estaba más atemorizado mucho peor que todas esas veces.

𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐌𝐎𝐕𝐄 © soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora