𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟖

352 58 33
                                    

Los gritos de Yeonjun resonaban por toda la casa, Kai no perdió ni un sólo minuto más y salió de la habitación apurado. Intentó subir las escaleras con tanta rapidez que no pudo evitar la dolorosa caída en los escalones, un gritó de dolor salió de sus labios. Era el maldito tobillo, probablemente se lo había fracturado o quebrado. El sonido de su hueso y el dolor era una mala señal, sin embargo, eso no fue impedimento para sostenerse con fuerza de la madera e intentar subir los escalones.

—¡Agh, mierda!—Susurró avanzando por los escalones, el dolor era insoportable pero no dejaría por nada del mundo a Yeonjun.

El pálido se alertó aún más cuando no pudo escuchar ni un sonido más, el silencio absoluto reinaba en la casa y los gritos del rubio en la habitación cesaron. El dolor en su tobillo era insoportable pero no podía detenerse, al final de los escalones tomó un poco de aire para no desmayarse del dolor y se recargó en la puerta de madera intentando abrirla.

—¿Yeon? ¡Yeon, abre! ¿Qué está pasando?—Gritó golpeando la puerta con fuerza pero todo era en vano, parecía que al otro lado de la puerta había un gran peso que le impedía abrir la puerta. — ¡Yeonjun! ¡Háblame, háblame, por favor!
 
 
 


 


 
 
—¡Hyung! ¡Estoy aquí!—Llamaba el rubio con todas sus fuerzas pero no parecía funcionar, las risas extrañas de Soobin invadían el cuarto y eran una tortura para el universitario que temía ante el intimidante espectro.

—No lo intentes, amo Yeonjun. —Le dijo el pelinegro sentándose en el borde de la cama, a tan sólo un pequeño espacio de estar cerca del contrario. —Él no puede escucharte, nada de lo que pase en esta habitación puede escucharlo.

—... ¿Lo escuchas, amo mío? Suena tan lindo angustiado por saber si te sucede algo.

Yeonjun respira agitado e intenta tranquilizarse un poco pero definitivamente jamás podría con la presencia del espectro en la habitación.

—¿Qué es lo que quieres? Creí que había terminado todo esa noche, cerramos el juego, no deberías estar aquí. —Le escupe con veneno y altanería, incluso se armó de valor para pararse de aquella cama y alejarse lo más posible de su presencia.

—Choi Yeonjun. —Susurra con molestia apretando sus dientes, su mandíbula endurecida hace que el rubio se sienta tan jodidamente diminuto en esa esquina de la habitación. —Creí haber sido claro cuando dije que no quería que volvieras hablarme así, ¿no lo entendiste?

Soobin se acercó a pasos lentos hacia el espacio donde se encontraba el chico, las risas volvieron a adueñarse del momento y Yeonjun sólo pudo maldecir a lo bajo por el inmenso temor que sentía en ese instante.

No podía moverse, estaba paralizado por el miedo que sentía.

—Te hice una pregunta, amo mío. ¿No lo entendiste?—Cuestiona con dureza, sus manos rodean el cuello acaramelado de Yeonjun con suavidad y después poco a poco aprieta el agarre.

—S-Suelta..—Jadea el rubio con demasiada dificultad, la fuerza inhumana que ejerce Soobin amenaza con romperle el cuello en cualquier momento. — He entendido...l-lo juro.

El oxígeno casi termina por extinguirse para Yeonjun hasta que Soobin suelta su cuello como si no fuera cualquier cosa desechable.

—Amo mío, no me gusta que me hablen así. ¿Por qué insisten en ser tan altaneros cuándo saben que puedo quebrarles el cuello con un sólo movimiento?—Expresa con enfado, sus ojos se clavan en el rostro del rubio que aún lucha por recuperar el oxígeno. Soobin chasquea su lengua al observar las marcas de sus propias manos en la piel brillante del chico, le ha dejado marcas rojizas que seguramente le dolerían por meses. —Olvidé que los asquerosos humanos se mueren sin oxígeno.

El pelinegro volvió a acercarse al cuerpo jadeante del chico y lo sostuvo de la nuca para estampar sus labios contra los suyos, fueron unos cuantos segundos antes de separarse.

—¿Qué es lo que quieres de mí?—Le cuestiona Yeonjun agitado, el oxígeno que había abandonado su cuerpo estaba de vuelta por Soobin. —Yo no te llamé, creí...que se terminaría esto.

—El vínculo lo hizo, amo mío.

—¿Q-Qué?

—El vínculo que hemos creado, ¿no lo recuerdas?—Exclama con euforia, sus ojos brillando de un rojo intenso, demasiado perturbador para el rubio. —Lágrimas, sudor y sangre para siempre, tu alma me pertenece, Choi Yeonjun.

—¿Kai?

Beomgyu cierra la puerta después de entrar, el silencio de la casa lo extraña, ¿acaso se había equivocado de casa? Kai le había otorgado la dirección por mensajes e incluso dijo que estaría en casa esperándolo pero el silencio en la casa lo desconcierta.

—¿Kai? Soy Beomgyu, ¿estás ahí?—Vuelve a preguntar en voz alta, observa los cuadros en la pared y puede notar la fotografía del pálido rota, ¿qué rayos sucedía?

—¿Beomgyu? ¡Beomgyu, ayúdame!

Los llamados del pálido lo asustan en demasía, se apura en subir los escalones con cuidado y nota el cuerpo de Huening en el suelo cerca de la puerta.

—Joder, ¿qué te ha pasado?—Cuestiona horrorizado, Kai está sudando demasiado y parece agotado. —¿Qué tienes? ¿En dónde está Yeonjun?

—Él está... adentro, ve ayudarlo. —Murmura respirando muy pesado, sostiene con fuerza el brazo de Beomgyu y señala la puerta. — ¡Rápido, Beomgyu!

El pelinegro asiente varias veces antes de arremeter contra la puerta de madera, después de al menos dos intentos logra tirarla y observa toda la habitación hasta que sus ojos dan con Yeonjun.

—Hey, Jun, soy yo. —Beom susurra acercándose a pasos lentos a aquella esquina en donde el rubio se cubría con temor. —Mírame, soy Beomgyu. ¿Estás bien?

—¡Yeonjun!—Grita Kai desde la puerta llamando su atención, el universitario levanta su cabeza lentamente y observa a su hyung en el suelo, solloza en silencio mientras se abraza a si mismo.

—Hyung... yo tenía miedo y...

—Quiero que me digas que demonios está sucediendo aquí, Kamal. —Expresa Beomgyu con dureza, sus brazos rodean el cuerpo del rubio atemorizado mientras lo consuela. —Y vas a decírmelo todo ahora mismo si no quieres que me lo lleve en este instante de tu maldita casa.
 
 
 
 
 
 

            

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


   

   

  

  

  


  


𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐌𝐎𝐕𝐄 © soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora