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Seis horas pasan después de que Beomgyu y Yeonjun abandonaran la casa de Kai.
Seis horas en donde no ha ocurrido absolutamente nada y eso aterra a Yeonjun, ¿por qué el espectro no ha hecho algo? Le causa ansiedad saber que puede estar siendo observado a donde quiera que vaya, que justo ahora Soobin pueda estar ahí sentado en la vieja mecedora clavando sus frívolos ojos en él.
Quiere llorar porque ni siquiera sabe si algún día podrá librarse del macabro ente, intentó llamar varias veces a la ocultista pero ella no respondió ni una sola.
Intentó buscarla pero unas personas le habían informado que en ese viejo lugar apartado no vivía nadie desde hace diez años.
Y casi le da un ataque al corazón cuando buscó el nombre de aquella mujer en internet y la noticia de su caso salió disparada en distintos sitios web.
"Mujer muere por extrañas causas, sus vecinos aseguran que solían oír crujidos y gruñidos extraños provenientes de su ático"
"Mujer asesinada por extraño animal"
Yeonjun quiso vomitar ahí mismo en el piso de su habitación, era simplemente insólito lo que sus ojos veían.
—Hey, ¿estás bien? Luces pálido. —Cuestiona Beomgyu con preocupación entrando por la puerta entreabierta, el rubio no responde y muerde sus labios con fuerza para calmarse. — Bueno, te daré tu espacio, no quiero agobiarte.
—¡No!—Gritó deteniendo el paso de su mayor, Beomgyu suspira y se devuelve para verlo a los ojos. —Por favor, no me dejes solo. ¡Por favor!
Yeonjun se aferra al brazo del contrario con desesperación, Beom termina por acceder y cierra la puerta de la habitación para quedarse con él.
—Me quedaré aquí, ahora duerme un poco, ¿sí? Has pasado por muchas cosas y no descansas lo suficiente.
El rubio niega frenéticamente y se cubre con las sábanas como si eso pudiera impedir algo.
—No puedo dormir, hyung. —Murmura bajito, su voz es débil y su aspecto luce muy descuidado. — Él siempre me persigue, está en mis sueños. Cuando duermo, él toma mi mano y duele, me quema.
Beomgyu frunce el entrecejo, el enfado crece en su interior cuando las imágenes del suceso impactan su cabeza.
Huening Kai era un maldito hijo de puta.
—Junnie, debes calmarte, ¿por qué no..
El sonido del móvil suena fuerte por toda la habitación, Yeonjun señala su teléfono encima de la mesita y se lleva las manos al rostro.
Beomgyu lo toma con rapidez, atendiendo la llamada del número desconocido.
