Se calló la primavera
al sonar su risa.
Sonrió, la luna, de lado;
parecía su sonrisa.
Perdieron todas las brújulas el norte.
Brillaron todas las luces
como brillan sus ojos de estrella,
y se cayó el tiempo de bruces.
Dejaron de sonar dulces los trinos
matinales de abril y mayo.
Cesó el olor de los pinos,
el color sobre los tallos.
Guardado había con sigilo,
el mundo en las grietas de sus labios.
ESTÁS LEYENDO
Oxígeno viejo.
PoetryYa respirado. Si algo quedó, es solo la sombra de aquello que ardió un día en mis pulmones.