Las clases acabaron y fui al aparcamiento con Elena.
-¿Quieres que mis padres te lleven a casa?
- No te preocupes – Elena pareció dudar pero al final asintió y se dirigió al Ford Fiesta blanco de su padre mientras se despedía con la mano. Me miré la muñeca, las 14:20, aún tenía que esperar una hora para que Jay saliera de su entrenamiento.
Me senté en el banco más cercano que encontré y cruce las piernas sobre él. Saqué el libro de matemáticas y resolví las actividades en el libro, así solo tendría que pasarlas a la libreta en casa.
-Pero si es la señorita Hold – Fruncí el ceño y gire la cabeza
-Hola profesor Rondlan –
- Llámame Drick cuando no estemos en clase, Sam – Sonreí, una sonrisa demasiado forzada para mi gusto.
- Te veré mañana – Metió la mano en su maletín y sacó las llaves del coche. - ¿Quieres que te lleve?
-No, no, estoy esperando a – Hice una ligera pausa. – A un amigo.
-¿Entrenamiento?
- Si – Las tripas me rugieron, tosí para intentar disimularlo.
-No has traído comida por lo que veo- Metió la mano en su maletín y sacó un croissant de chocolate. – Estas flaca así que no importa que te comas esto. – Me tiró el croissant y lo cogí con torpeza – Nos vemos
Gra…- Cuando levanté la cabeza ya se había dado la vuelta he iba a su coche, cuando ya hubo cruzado la esquina con su coche empezó a llover. Cogí mis cosas y me dirigí a la entrada del instituto.
Subí los escalones y caí de bruces. Vi como el suelo se aproximaba más a mí y no reaccioné, no moví mis manos, simplemente apreté los ojos y sentí la humedad del suelo mojado.