Diario De Un Muerto || Izuku Midoriya

Introducción

Si estáis leyendo estas palabras de tinta sobre las páginas de esa libreta azul de mi estante, ¡Felicidades! ¡Lo conseguí!

Estoy muerto.

Morir es la única solución que encontré a todo lo que creía que estaba mal, morir era lo único que haría que el dolor se marchase.
El dolor, el miedo y la culpa por pensar que soy una decepción, cosa que soy y no quiero ser.

Si me he ido al menos algo bueno debe haber sucedido en vuestras vidas, algo bueno que iré comentando a lo largo de unas aproximadas diecinueve páginas de esta libreta.

Quizás alguna más, quizás alguna menos.
Quizás algunas rellenas a la mitad u otras repletas de información nada importante.
El relleno de un delicioso pastel, de una cómoda almoha, de un bonito peluche, o de un libro nada interesante.

Si me he ido el mundo tendrá esperanza para algo mejor, si me he ido la felicidad llegará a vuestras vidas en cuestión de semanas, me olvidaréis en cuestión de días.
Solo soy una persona más en un mundo lleno de gente irrelevante.

Solo soy una nota desafinada en una hermosa composición de música, un mal color en una bonita obra de arte, una mala hierba en mitad de un campo de rosas.

Errores, errores, y errores.
Los humanos estamos hechos de errores, así que acabando conmigo acabaré con un error.

Gracias por leer esta libreta.
Gracias por recorrer este camino conmigo.
Gracias por leer el diario de un muerto.

-Izuku Midoriya