Diario De Un Muerto || Izuku Midoriya

Ojiro Mashiaro

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Vale, te voy a ser completamente honesto.
La primera vez que ví tu traje se héroe pensé que simplemente habías agarrado un traje de kárate y te lo habías puesto porqué pues, ¿Porqué no?

Lo pensé durante bastante tiempo y-
Bueno, para que engañarnos.
A día de hoy sigo pensando que es un jodido traje de kárate.

Pero mi opinión no debe importarte, es más, sé que te afecta a veces cuando las chicas dicen que eres bastante normalito, que no tienes nada que te haga sobresalir por encima de los demás.

Mira, la opinión de los demás, como bien dije en otras cartas, no debe importarte, debes ser tú mismo siempre, aunque seas normalito o realmente no lo seas.

¿No crees que te estás limitando o algo así?

Quizás no y yo solo esté equivocado, pero dejémonos de decirte lo que todos probablemente piensan de tí, ¿Vale?
Sé lo que duele, porque a mí me tocó soportarlo en toda mi época de secundaria.

Aunque sean cosas sin importancia, que lo resalten tanto acaba doliendo.

Tu altura, un fallo en un dibujo, tu peso, tu forma de vestir, tus notas, cualquier cosa en la que seas mínimamente inseguro puede acabar dañandote de una forma inimaginable si lo resaltan una y otra vez, día a día…

Cuando te lo resaltan continuamente y sabes que no puedes mejorar, solo te queda repetir una y otra vez en tu mente esos errores en tu mente.

No lo hagas.
No hagas caso.

Si te dicen y resaltan una y otra vez algún aspecto de tí que odias sólo trata de amarlo, trata de buscarle ese punto en el que te gusta, ese punto en el que puedes amar todo lo que haces.

Sé que es imposible, ya que no puedes amar todo lo que haces.
Pero solo finge que lo amas todo de tí.

Al final dejarán de molestar porque saben que jamás podrán hundirte.

—Izuku

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—Creo que Izuku comenzó a hacer estas cartas de forma muy personal.

—Lo habla como si él lo hubiera vivido...

—Oh, venga ya, no seáis idiotas. —El lector puso los ojos en blanco, temblando un poco.

Sabía de primera mano que ellos tenían razón y que lo que Izuku contaba en la mayoría de las cartas lo había vivido.

Katsuki pasó a la siguiente carta mientras su corazón latía con miedo.