03. miércoles

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—¡Tienen que ayudarme! —llegó corriendo Taehyung a la mesa de sus dos amigos, estos dos casi saltan de la impresión tras que alguien casi se estampara frente a ellos.

—¿Q-qué? ¡Ah, mierda! Me asustaste —dijo Jimin golpeando su cabeza.

—Eso no importa, ¡ya tengo a mi modelo!

—¿En serio, hyung? —cuestionó Soobin moviéndose un poco para que Kim se sentara a su lado.

—Ayer... —tomó un poco de aire para recuperarse, debía hacer más ejercicio en definitiva —Ayer fui solo al parque porque Jimin nunca llegó y... Y vi a el chico que les he contado, ¡es perfecto! 

—¿Hablas del chico que le da tacos a los pájaros?

Taehyung le dio una mala mirada para devolverle el golpe en la cabeza. Soobin soltó una carcajada.

—La da pan a las palomas, idiota.

—Ya, pero hyung, ¿acaso usted le habla? Jamás había mencionado algo de él.

Buen punto...

Y es que en ese par de meses que había observado a el chico jamás le había hablado, es decir, imaginen esto:

Observan a alguien durante un tiempo, logran describirlo como la persona más jodidamente hermosa del universo, incluso han pensado en pedirle que les ayude con su tarea, pero... ¡Esa persona ni siquiera muestra interés en ti!

Si le rechazara, no podría soportar esa clase de humillación. 

—No...

—Pues háblale y pídeselo, es fácil —habló el mayor de todos, como si en realidad lo fuera.

No era fácil hablarle, no si se trataba de Taehyung. Digamos que no era la persona más social de el mundo, acostumbraba a trabarse al hablar cuando no era a sus amigos y no estaba dispuesto a humillarse de esa forma.

—Podría acercarse sutilmente y luego charlar un poco, sobre sus intereses y esas cosas, es lo que yo haría —habló el menor jalando el suéter de Jimin por puro gusto y entretenimiento, era un milagro que este no le haya soltado un golpe. A veces Jimin era... Un poco violento.

No sonaba mala idea, si en verdad quería que el chico posara para él debía hacer sacrificios...

¡¿Lo ven?! Algo tan simple como hacer una propuesta le sonaba tan difícil.

Además, dejando de lado ese tema y hablando en serio, solamente tenía el día en curso y el siguiente para hacer esa sesión de fotos y presentarla el viernes.

Ahora lo que quería era llorar.

—Usted puede, hyung —susurraba Soobin mientras se situaba tras de él.

—Tú puedes, imagina que charlas con alguien de nosotros —animaba Jimin.

Los tres individuos se encontraban en la banca de aquel parque, lucían sospechosos, pero nada fuera de lo común, solo dos amigos apoyando a un tercero.

Taehyung se armó de valor, acomodó su chaqueta negra y suspiró. ¿Qué podía salir mal?

Asintió para sí mismo y comenzó a caminar a la banca de enfrente, en ella, el chico de piel pálida se encontraba con las palomas a sus pies lanzándoles pan.

Su paso era lento pero seguro, mantuvo una pequeña sonrisa y las pequeñas rocas que había en el camino crujían pacíficamente.

Todo iba bien hasta que...

No se dio cuenta de que las palomas seguían ahí, por ende siguió caminando y las aves se asustaron, elevando el vuelo inmediatamente y consiguiendo golpear su anatomía con sus alas.

Frente a él, el chico de sus sueños lo miraba curioso y poco a poco una sonrisa se posaba en sus labios cereza, al parecer le parecía gracioso.

Detrás de él, Jimin y Soobin se carcajeaban sin parar -sin dejar de lado la discreción-.

La suave risa de alguien frente a él hizo levantar su mirada cuando todas las palomas volaron; él.

Gracias a una desgracia para él, lo había hecho reír. Al chico de linda sonrisa.

Finalmente él sonrió también.

musa, taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora