10 ✧ exhale

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EXHALE - sabrina carpenter

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EXHALE - sabrina carpenter.

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Narración tercera persona.









Abrir los ojos aquella mañana se sintió terrible, cómo si su cabeza hubiera sido estrellada contra el suelo, sus ojos ardían y probablemente estaban rojos e hinchados, había llorado toda la noche.

Le dolía la cabeza fuertemente, las constantes punzadas llegaban a cada parpadeó y se volvían agonizantes. Miro a su alrededor, seguía en la sala. Se había quedado dormida llorando en el sillón.

Intento ponerse de pie, pero todo tembló, no tenía fuerzas. Decidió recostarse nuevamente, al menos hasta que sus ánimos regresaran y pudiera correr al cuarto a llorar cómo dios manda.

El sonido de cubiertos la hizo girar, Nereida estaba de pie en la cocina, dándole la espalda. Athalia no sabía si estaba cocinando o haciendo la limpieza, pero al menor ruido que hizo, Nereida se volvió.

Sus ojos estaban llenos de preocupación y lastima, camino tan rápido como pudo hasta ella, tomando asiento a su par.

—Lo siento mucho Athalia.-dijo después de un rato, con pena. Sus ojos la evitaron en todo momento.

Athalia quiso decir algo, que no era su culpa que ella tuviera un padre tan despiadado, un padre que iba a alejarla de todo lo que conocía, de su familia, de Percy. Pero tenía la garganta seca y las palabras se quedaron atoradas, quería llorar nuevamente.

—Debes tener hambre, son casi las tres de la tarde.-corto el silencio, al no ver respuesta por la niña, agrego.—Athalia, lo siento, de verdad lo hago, si pudiera hacer algo por ti...

Athalia se volvió, Percy, quiero ver a Percy, pensó. Estaba segura que lo que su padre le había mostrado no era más que una mentira, una ilusión. Athalia conocia a Percy más de lo que el mismo lo hacía. El azabache era la persona más leal de todo el planeta tierra, no iba a dejar que ella se perdiera en el camino.

—Llévame al campamento.-forzó las palabras que salieron roncas de su boca. Nereida negó levemente.—Por favor, solo una hora. Necesito ver a Percy.

—Tu padre no lo permitiría. Se va a poner furioso, es demasiado arriesgado.

—¡Por favor, Nereida!-suplicó.—Una hora, solo una hora. Y volveré, lo prometo.

La mujer miro indecisa el reloj de la pared, suspiro aun negándose, pero después de unos minutos, tomo una de sus manos y la apreto entre sus dedos.

—Bien, pero tienes que comer algo antes.

Nereida se levanto caminando hacia el comedor, Athalia la siguio, sentándose en la mesa. La mujer saco un plato del refrigerador y lo puso frente a ella. Pastel de carne y pure de papas. Athalia devoró el platillo, no sabía si por el hambre o desespero, pero lo terminó rapido. Nereida le acerco un vaso de agua para que no se atragantara con la comida y ella lo tomo en un parpadeo. La mujer solo suspiró .

¹ | ℌ𝔞𝔩𝔣𝔟𝔩𝔬𝔬𝔡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora