The Saga of Uxia The Bloody

Lucha contra el caos: Preparando el Infierno

                 (Pov-Templarios)
Un par de semanas pasaron desde la última vez en la cual vimos a los chicos en su puesto de centinelas, como de costumbre Mark esta recargado en el vetusto fundíbulo con su sombrero raído cubriendo sus ojos, aunque esta vez no era del sol, sino de la pertinaz llovizna la cual caía de manera constante y ya formaba gruesas gotas que escurrían, delante de él en las almenas estaba su amiga la hermana de armas Lucia di Santorini, su capa hacía las veces de impermeable, aunque llegó un momento en que no importó ni la armadura de cuero acolchado que vestía debajo de las placas de acero ennegrecido.

Los ojos negros de aquella chica atisbaban el horizonte, por entre aquella lluvia tan ligera mientras buscaba señales de actividad en los lejanos barcos de línea pertenecientes al enemigo, pero no le resultaba posible distinguir nada que no fueran los pendones que ondeaban a los lejos.

Un listón de luz del arcángel flotaba a poco menos de un metro de ella, pero nadie sabía lo que pensaba o hacía a donde dirigía su mirada en realidad, esas líneas luminosas se movía en patrones aleatorios en tanto le llegaban los susurros del fragmento de su amigo Usiel dentro de la espada de Lucia.
—¿Puedes sentirlos Auriel?
—Claro, es imposible no percibir todo ese poder obsceno regodearse en si mismo.
—Haces que todo parezca inevitable viejo amigo.
—Ellos vendrán más temprano que tarde Usiel.
—¡Eres el arcángel de la esperanza amigo!, no un humano cualquiera.
—Eso no les importa a los señores del caos amigo, y solo nos queda apoyar a los humanos a quienes estamos ligados, aunque al final quizás ellas deban de hacer un gran sacrificio, lo sabes, ¿verdad?
—Sí, y aunque creo que la portadora no dudaría en hacerlo, no se que me puedas decir tú de tu huésped.
—Cuando lleguemos los dos a ese puente lo cruzaremos.

Ignorantes de esta conversación angelical los muchachos se alegraron en cuanto dejo de chispear, Lucia tiritaba aún a pesar de que hacía lo posible por resistirse al frío.
—Acérquense amigos —sugirió Auriel a los chicos mientras los cubría con sus listones—, permitan que los seque. Un momento que es eso.
—Los cuernos de batalla suenan amigos —exclamó Mark—, ¡vamos!, es en la entrada sur.
Sin decirles nada Auriel les tomó con sus listones y les llevó volando hasta la entrada en cuestión, una vez allí fueron a ver al gran maestre de la orden, un caballero llamado Don Jaques du Molay, el les observó con sus ojos grises mientras rascaba sus barbas llenas de canas y al final les dijo:
—Los esbirros de Uxia se acercan en chalupas, según los observadores apostados en las ruinas del pueblo, tratarán de desembarcar a su caballería y artillería.
—¿En serio harán eso? —pregunto incrédulo Mark
—Eso creemos, les enviaremos a ustedes junto con algunos de los hermanos, deberán emboscar el desembarco de sus piezas de artillería para retrasarlo lo más posible, ¿entienden?
—¡Cómo el cristal gran maestro! —contestó sin mayor dilación Lucia mientras retiraba el seguro de su espada—, volverán a ver de que estamos hechos.
—¡Tranquila hermana!, no se arriesgue de manera inútil.
—Cómo diga señor.
No bien había Lucia de decir esto los listones de su amiga envolvieron tanto a ella como a Mark y procuraron moverse de manera sigilosa para rodear al enemigo.

            (POV-Señores del caos)

Desde mi última reunión con los Señores del Caos, junté un enorme contingente de paladines, caballeros, arqueros, lanceros y caballería ya qué gracias al tercer ojo maldito en mi frente logré observar la llegada de dos miembros de la raza celestial al fuerte de Drevis acompañados por varios héroes humanos.

"Estupidos humanos, aliarse con otras razas no evitará que sus grandes ciudades caigan ante mí, sólo es cuestión de tiempo"

"Llamaré a todas mis huestes y así demostraré porqué tengo el título de Emperatriz Sangrienta y Reina Demonio"