El tiempo pasa y a veces es capaz de curar las heridas, más sin embargo no cerrarlas o borrarlas por completo. Después de aquél suceso trágico que unió a dos personas de una manera peculiar y desagradable, JungKook y JiMin deciden seguir con sus vid...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pov. JiMin.
No lo pensé ni un poco, después de leer su último mensaje salí corriendo a la habitación donde estaba JungKook. Sabía que en estos momentos él estaba demasiado dolido como para pensar bien las cosas y su juicio estaba siendo nublado por el miedo. Quería que el supiera, que viera que no estaba solo y me tenía a mí sin importar qué.
Abrí la puerta sin aviso alguno y entre de inmediato, encontrándome con el pelinegro sentado en la cama. Él volteo a verme haciendo que nuestros ojos se encontrarán una vez más. Decaídos, lastimados y cansados, algo rojos e hinchados ligeramente. ¿Esa es tu cara de sufrimiento...?
Mis pies se movieron por si solos hasta llegar a él. Ambos estábamos frente a frente mirándonos, yo sabía que mi cara en estos momentos no le hacía sentir mejor, que el dolor que reflejaba por verte así te preocupaba y es que no comprendía porque tu dolor me dolía. Que se supone que era lo que quería decirte en ese momento, lo había olvidado, lo único que quería hacer era aferrarme a ti y hacerte saber que todo estaría bien tarde o temprano, que no importaba cuanto tiempo te llevara sanar yo estaría para ti incluso cuando tu no quisieras estar más.
No me importo absolutamente nada, me subí y senté en tus piernas para así poder abrazarte mejor. La posición era cómoda y cálida, de esa manera podía sentirte mejor. Mis brazos rodearon tu cuello y mis piernas tu cintura, te atraje a mi y me aferre yo a ti, dando el abrazo más fuerte que he podido dar en toda mi vida y queriendo a la vez transmitirte mis sentimientos.
Supuse que eso te tomaría por sorpresa, pero a pesar de eso me correspondiste. Tus brazos rodearon mi cintura y tu rostro busco refugio en el hueco que se había hecho entre mi cuello, podía sentir tu respiración haciéndome cosquillas.
Por varios segundos nos quedamos de esa manera, tu respiración era tranquila aunque podía sentirte temblar un poco y no lo entendía. En ese momento quise ser una enorme manta que te cubriera, ser la persona que pudiera sanar esos dolores o llevarme todos los sentimientos y pensamientos que te estaban lastimando justo ahora e impidiendo ser feliz. Quería ser la persona que te impulsará a avanzar.
—Gracias por estar aquí... —tú voz había sonado baja, como un susurró. Sonreí ante eso, extrañaba tu voz.
—Siempre estaré en donde quiera que estés —respondí. En ese momento pensé en sí sería buena idea hablarte, si hacerlo no te haría sentir peor o presionado, no quería hacerte sentir así. ¿Qué debería hacer? —JungKookie... —lo llamé, un pequeño sonido emitido por el fue mi respuesta —¿puedo..., hablarte?
Pareció pensarlo durante segundos, pues no hizo más nada. Pensé que lo mejor sería dejarlo así, habría más tiempo, otra oportunidad en la que podamos hablar mejor y quizás en un mejor momento. Sin embargo, asintió.
Me tome un pequeño tiempo para pensar que era lo que le quería decir, eran tantas cosas pero no podría decirlas todas ahora. Él no necesitaba eso, JungKook necesitaba alguien que lo consolara y quisiera, que le prometería que todo iba a estar bien en algún momento y que su sufrimiento acabaría.
—Amor... —comencé —el amor duele tanto, es tan inmenso que nunca acabamos de saber hasta donde podemos llegar..., y sí tomamos el camino equivocado nos puede llevar a lugares donde nos destruirán cada parte de nosotros..., haciéndonos sufrir y pensar que nada podría doler más —tome un poco de aire antes de continuar, JungKook seguía escondiendo su rostro —y por si fuera poco eso no es lo que duele más, sino, el momento en que nos damos cuenta de que todo acabó y vemos partir a esa persona..., creemos que lo hemos sufrido todo pero eso no es verdad, pues después vienen los recuerdos cargados de melancolía, las sonrisas y momentos felices que viviste y extrañas, que deseas volver a vivir... Llega un punto donde ya no importa lo que lastimaba, solo quieres volver a ver a esa persona y estar con ella aun si eso significa seguir lastimandote... Y piensas que eres estúpido por querer eso... ¿Pero sabés? No lo eres, solamente estás aprendiendo a vivir sin el amor de esa persona y aprenderlo es doloroso... —los brazos de JungKook ejercieron más presión. Supuse que estaba siendo difícil para él.
—Está bien si quieres llorar, puedes dejar de fingir que estás bien —me aleje un poco de él, lleve mis manos a sus mejillas y tomé su rostro para alzarlo y obligarlo a verme. Sus ojos habían derramado unas cuentas lágrimas y su nariz estaba rojita. Sonreí ante esa imagen que me lleno el corazón de ternura. Acerque mis labios a la punta de su nariz, dejándole un pequeño beso para después pegar mi frente con la de él y de esa manera nos dejé —eres tan fuerte Kookie —cerré mis ojos de igual manera que él aun con la sonrisa dibujada en mi rostro —y eso significa que aceptas tus debilidades como tu fortaleza y tus dolores como impulso. Amo eso de ti —lleve una de mis manos a su nuca, mis dedos se movían lenta y sutilmente brindándole pequeñas caricias. Pronto sentí como una de sus manos tomaba mi mano izquierda, entrelazando nuestros dedos.
—Lo has hecho tan bien mi amado Kookie..., porfavor ahora déjame cuidar de ti, amarte y llenarte de nuevo... Y si es necesario darte pedazitos de mi corazón para completar el tuyo.
—¿Por qué...?, ¿por qué harías eso con alguien así...? Tengo el corazón hecho polvo, ¿cómo podría amarte de esa manera...?
No supe identificar el tono en su voz, sin embargo había salido un poco baja. Apretó un poco más mi mano como si buscará aferrarse aún más y sin pensarlo yo también lo agarré con más firmeza.
—No te estoy pidiendo que me aceptes ahora, sé a lo que te refieres cuando dices que tu corazón está hecho polvo. Y aunque es algo metafórico, quiero que sepas que estoy dispuesto a darte la mitad del mío... —respondí —Kookie, estoy aquí para ti sin importar nada y te ayudaré a sanar. ¿Sabes por qué? —abrí mis ojos encontrándome con su mirada puesta en mí.
—¿Por qué...?
—Porque te amo, te amo de la manera más cursi posible y en todos los aspectos. Amo al JungKook que fuiste y que estas siendo ahora mismo, con todos los altibajos que pueden existir. Porque eres mi persona, mi hogar —finalice diciendo con una sonrisa cargada de amor, dedicándosela y sintiendo la dulzura de estar con él —porque te amo es que quiero que estés bien estando conmigo o no. Y a diferencia de TaeHyung, quién te miró con los ojos yo te veo con el corazón, el mismo que late por ti.
De un momento a otro rompió el llanto, sus ojos se cerraron derramando lágrimas, una tras otra mientras que de su boca salían jadeos y sollozos. Rápidamente lo atraje hacia mí para volver abrazarlo y consolarlo. Lloraba tan fuerte que por un momento jure sentir todos los sentimientos lastimados que sentía y el dolor que guardo por tanto tiempo haciéndome derramar unas cuantas lágrimas por ello.
—Ya esta bien..., sacalo. Yo me quedaré aquí contigo.
Fue en ese mismo instante que le prometí de manera silenciosa nunca alejarme de él.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.