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Puse el último broche de aquel vestido que llevaba puesto ese día, un vestido rosa pastel, terminando así de prepararme para el evento

Mamá dijo que me veía preciosa, pero la expresión en mi rostro no mostraba felicidad en lo absoluto, de todas formas, me despedí de ella y subi a mi auto empezando a conducir a la dirección escrita de la invitación

Desde el día en que llegó ese pedazo de cartón que había destruido mi corazón, no había mantenido contacto con ella, para absolutamente nada, sería la primera vez que la veía en siete años, y todo dependía de ese día, solo entraría, la felicitaría y me iría

El lugar estaba repleto, personas yendo de un lugar a otro entrando a aquella iglesia tomando los asientos correspondientes murmurando lo bien que se veía todo y lo bien que se vería la novia en cuestión

Estuve metida en mis pensamientos que no supe cuando, las puertas de aquel lugar se habían abierto dejando ver a la preciosa mujer vestida de blanco, sutil maquillaje sobre su rostro, resaltando todas y cada una de sus hermosas facciones, con el cabello perfectamente acomodado sin interrumpir la vista a nada, y aquel vestido que se ceñía tan bien a la esbelta figura que poseía

Todos los ojos estaban sobre ella, pero habían unos en particular que la miraban con todo el amor del mundo

Los míos

Los míos y los de su prometido el cual la estaba esperando al final del pasillo con una sonrisa extendiendo una de sus manos hacia ella

Entendí que la había perdido por completo cuando ella sonrió de igual manera tomando la mano contraria, empezando con la ceremonia tradicional. No pude pensar en nada ni decir nada, solo pude observar cada una de sus acciones

-Acepto

Mis sentidos se alarmaron, al escuchar esa simple palabra, levanté la mirada viendo como ahora todos la observaban a ella después de la respuesta del novio

-¿Y usted? Acepta amar y respetar a-

Sentí como todo en mi se desconectó sin poder concentrarme en nada más que aquellos ojos verdes cruzarse con los míos de manera prolongada, dejando un silencio total en aquella iglesia dispuesta a unirlos en matrimonio

Solo pude negar con la cabeza hacia ella y levantarme del lugar para salir sin decir una sola palabra

...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora