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Mordi mi labio inferior totalmente nerviosa al sentir como la persona que tanto amaba caminaba a mi lado y metía una de sus manos a mi bolsillo izquierdo, tomando la mía

-Tus manitos no sudan usualmente, ¿Por que estás tan nerviosa?  -escuché su melodiosa risa después de aquellas palabras que habían causado un pequeño terremoto en mi interior

¿La razón de mi nerviosismo? Yo sabía que aquella preciosa chica a un lado de mi se había enterado que gustaba de ella. ¿Como? No tenía idea, pero agradecía profundamente el que no haya decidido alejarse de mi.

Ambas tuvimos una conversación un poco vergonzosa, pero no faltaban aquellos comentarios que hacían que entre en confianza nuevamente.

Había pasado tres años de ocultar mis sentimientos, callarme las veces que mi cuerpo ardía celos al verla tan apegada con otra persona que no fuera yo, celos por saber que por más que lo intentase, no podía ser tan inteligente como ella y poder entretenerla tanto como quisiese.

Ocultar todas las veces que quise decirle lo preciosa que se veía haciendo cualquier cosa imaginada, o lo tanto que la amaba. Ocultar mi amor por ella.

Pero ese día fue mágico

Puedo atreverme a decir que ese día fue el mejor de toda mi existencia, siendo ella quien se acercaba a mi, todo el día solo nosotras dos haciendo que mi mente elimine a todas las personas que no fueran ella, encerrandonos en un pequeño mundo, mi mundo, en el cual solo existíamos solo nosotras dos, disfrutando de la compañía contraria.

Sin apuros ni molestias, solo nosotras siendo nosotras, juntas.

Después de ese día, vinieron más, pequeñas interacciones que podían hacer saltar a mi corazón de alegría pura al saber que podía tener algo de su preciado tiempo solo para mí, ya sea en una conversación, un cruce de miradas o mi actividad favorita, el momento en que hacíamos música juntas

Esa era mi cosa favorita en este planeta porque nos complementabamos de manera perfecta, cada una soltando notas melodiosas de aquellas guitarras en un salón vacío, haciendo de estas una canción hermosa en donde cada una tenía un espacio en ella, sintiendo como mi presencia y la suya se volvían una por un solo momento, coordinandose y mezclándose como una maravilla creada por el universo, un momento especial solo por y para nosotras, haciendo que mi corazón se llene ilusión.

La amaba

Solo quería saber si ella me amaba también