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Lo que está a punto de leer es una serie de palabrerías emocionales llenas de mocos y lágrimas de la humilde creadora de esta historia en forma de agradecimiento.

Por su atención, muchas gracias.


La campana anuncia el fin de clases, sacando así al profesor de su asiento , para hacer la fila del tren que llevará a sus pequeños alumnos a la salida. Hyuna como todos los días, ah llegado antes hasta el profesor Park para poder sujetar su mano en el tren.

—Muy bien niños, maaanitas arriba. —Park alza las manos, sus alumnos imitan y comienzan a acomodar la fila. –Maaanitas al frente y-

—Disculpe, profesor. — Lisa toca la puerta, abierta, llamando la atención del docente quien todavía mantiene los brazos al frente. –Está aquí la abuela de una alumna, solicita hablar con usted de inmediato.

Jimin asiente, bajando ambas manos a sus costados. –Lisa va a llevarlos afuera, por favor sean amables.

El profesor se despide con una venia de sus alumnos, agradeciendo también a la asistente al pasar a su lado rumbo a la salida. Rumbo a la sala de espera, fuera de la dirección, revisa su teléfono y nota que faltan treinta minutos para las dos de la tarde y , no ha recibido ningún mensaje, ninguna llamada. No puede evitar sentirse angustiado, incluso un poco decepcionado aunque su corazón le dicte que no son más que imaginaciones suyas solamente, porque Jungkook no es como todos los idiotas que ha conocido antes, esos que prometen llamar, que obtienen uno o dos besos y después se van decepcionados de no sacar nada más de esa cita.

Al llegar a la sala de espera, una señora de edad madura, definitivamente menos de cincuenta años, con el cabello rubio oscuro que ya pinta algunos mechones plateados espera en el asiento del medio.

—Buenas tardes, Park Jimin a sus ordenes. —El profesor se inclina y después, ofrece su mano derecha a la mujer que imita su gesto y la toma.

—Profesor, dígame Yeri.

Jimin asiente, educado, mientras termina de atar los cabos en su mente y de paso sintiéndose bastante tonto por el incidente del pasado.

—Señora Yeri, por favor dígame en qué puedo ayudarla.

Yeri le regala una sonrisa dulce. —He venido a recoger a mi nieta, Jeon Hyuna, profesor.

—Por supuesto, puede llevársela. —Jimin corresponde esa sonrisa, indicando con una mano el camino hacia donde la pequeña será entregada. —Por aquí por favor...

El incómodo malestar en su estómago no se acaba, incluso incrementa al recibir a la madre de Jungkook por primera vez recogiendo a Hyuna. Jimin trata de mantener la calma, la compostura, pero siente que va a salir corriendo a buscar a Jeon a la primera oportunidad y el largo pasillo hasta la salida no ayuda en nada.

Lisa entrega a la pequeña con su abuela y el profesor las despide con una dulce sonrisa, sacudiendo su mano al igual que Hyuna, quien se marcha de la mano de Yeri.

—Dime por favor que no lo asustaste y ahora no quiere verte. —discretamente, Lisa le susurra entre dientes, una vez todos los niños se han ido.

—Espero que no...

La puerta se cierra al salir el último alumno, dejando así el eco de sus risas y sus pasitos perdiéndose en la calle, un poco también las esperanzas de Jimin. Toma camino dentro del jardín de niños, dispuesto a tomar su mochila e irse a casa, pero el sonido de un claxon lo hace girar por inercia.

Un novio para papá || KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora