5.- Infeccion

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Una oleada de calor corrió por las venas de Jimin, ya habian pasado dos días y no sabía nada de Ben, asi que por eso se encontraba ahí parado en la puerta del edificio, Alby tampoco habia estado esos días y Jimin no aguantaría un dia más.

Su plan hubiera seguido exitoso si no fuera porque Taemin habia salido del edificio.

- Yo no te he visto nunca en mi vida. No tengo idea de quién eres aparte de tu estúpido y ridículo nombre y no me importa en absoluto — Dijo Jimin cuando Tamin lo enfrento, sobre las acusaciones de Ben, que ahora también eran de Taemin que mágicamente él también lo habia visto en sus sueños.

Taemin rió con disimulo. Una carcajada corta, más un resoplido lleno de flema. Luego su cara se puso seria y juntó las cejas.

- Te he... visto .Y te apuesto la primera comida que te dé Seokjin que Ben dirá que también te vio.

Jimin le sostuvo la mirada pero decidió no decir nada. El pánico lo consumió de nuevo. ¿En algún momento las cosas dejarían de empeorar?

- ¿Ya te mojaste los pantalones con esto ? —continuó el pelinegro con una sonrisita sarcástica—. ¿Estás un poco asustado ahora? -

Trató de no pensar en eso y señaló hacia arriba de la escalera, de donde venían los gemidos del enfermo que resonaban por todo el edificio.

- Si Alby está allá arriba, quiero hablar con él. – El muchacho no dijo nada. Lo miró atentamente durante varios segundos y después sacudió la cabeza.

- ¿Sabes qué? Tienes razón, cariño. No debería ser tan malo con mi futuro hombrecito. Ve nomás. Estoy seguro de que Alby te van a poner al tanto de todo. En serio, sube. Lo siento.

Le dio un golpecito en el hombro y luego retrocedió apuntando hacia arriba. Pero él sabía que Taemin tramaba algo. Perder parte de tu memoria no te convertía en un idiota.

- Y no te dejes engañar. Yo soy el verdadero líder aquí y no el larcho viejo de arriba. Yo. Si quieres, puedes llamarme mi hombre, solo por ti cariño. – Jimin reprimió las ganas de partirle la cabeza en dos.

Jimin Echó un vistazo a su alrededor una vez más. Comenzó a subir las escaleras. Los peldaños crujían bajo su peso. De no ser por la situación tan violenta que estaba dejando atrás, seguramente se habría detenido por temor a caerse de esas viejas maderas. Pero siguió ascendiendo, sobresaltándose a cada paso. Los escalones terminaban en un descanso. Dobló a la izquierda y se encontró con un pasillo con barandal que conducía a varias habitaciones. Sólo una de ellas dejaba pasar luz por debajo de la puerta.

Se dirigió hacia la puerta iluminada, sin prestar atención a los ruidos de las tablas ni a las risas que venían de abajo. Ignorando también la avalancha de palabras que no entendía y sofocando los espantosos sentimientos que le provocaban, estiró la mano, presionó la manija de bronce y abrió la puerta.

Dentro de la habitación, Alby y otro chico estaban inclinados sobre alguien tendido en una cama.

Se acercó para descubrir qué era todo ese escándalo, pero cuando pudo ver bien el estado del paciente, el corazón se le congeló. Tuvo que reprimir las ganas de vomitar.

La imagen fue rápida —sólo unos pocos segundos—, pero suficiente para que se le fijara en su memoria para siempre. Una figura pálida y agonizante, con el pecho descubierto y enfermo, se retorcía de dolor. Las venas verdosas tejían una red a través de su cuerpo, como cuerdas debajo de la piel. Estaba lleno de moretones color púrpura y de arañazos. Los ojos inyectados en sangre se movían con desesperación de un lado a otro.

La visión ya había quedado impresa en la mente de Jimin cuando Alby, de un salto, bloqueó su mirada pero no los gemidos y los aullidos. Lo empujó fuera de la habitación y luego cerró la puerta de un golpe detrás de ellos.

THE MAZE RUNNER [KooKmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora