14.- Sentimientos

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- Hey novato, ya anocheció un castigo tienes que cumplir. –

Jimin miro a Jungkook y asintió, el pelinegro salió de la cabaña y siguió a Taemin.

- ¿Cuál es tu problema, conmigo? – Soltó Jungkook en el silencio que se había formado. Taemin llevaba en su mano una antorcha.

- Que todo empezó a salir mal, desde que apareciste. – Jungkook lo miro. – Primero Ben, luego Alby, luego no se le has dicho a Jimin que esta de lado tuyo, y para rematar la mujer que aparece con una sustancia, para el enfermo de Alby y que conoce a Jimin.- Se miraron de forma dura.

- Pero ya tendré tiempo de hablar, con él y arreglar cuentas. - Jungkook gruño con la sola mención del rubio.

- Te acercas y solo centímetro a el, y no voy a dudar de aventarte con los penitentes. Taemin. – Jungkook se acercó demasiado al otro y Taemin lo empujo. – Sabes que si haces una pelea aquí, el castigo será peor, ¿no novatito? – dijo burlón y Jungkook suprimió un gruñido tenía razón, no podía darse el lujo de estar encerrado, no cuando esa mujer en la cual no confiaba había aparecido, y era absurdo pues no la conocía, pero simplemente su instinto le decía que la aleje del rubio.

- Todo el mundo vio que reconoció a Jimin y apuesto a que sabe quién es. -

El Cuarto Oscuro se encontraba en un sitio sombrío entre la Finca y la pared del norte del Área, escondido detrás de unas matas desiguales de arbustos espinosos, que parecían no haber sido podados en años. Era un gran bloque de concreto alisado toscamente, con una ventanita enrejada y una puerta de madera con un amenazante pasador de metal oxidado, como salido de la Edad Media.

Taemin sacó una llave, abrió y le hizo una señal a Jungkook para que pasara.

- Taemin entiendes que no podemos quedarnos aquí para siempre, ¿no? – Dijo Jungkook mientras el otro cerraba la puerta, pero no dijo nada y se fue.

Jungkook observó su nuevo hogar, Lanzó un bufido con disimulo mientras contemplaba el único mueble: una silla horrible y desvencijada con una pata notoriamente más corta que las otras, lo cual tal vez hubiera sido hecho a propósito. La cabeza de Newt surgió detrás de la ventanita sin vidrio, a través de las rejas, con una sonrisa en el rostro.

Cuando pasó la primera hora, Jungkook sintió que el aburrimiento se deslizaba sigilosamente como las ratas por debajo de la puerta. Una hora después quería golpearse la cabeza contra la pared. Dos horas más, y empezó a pensar que cenar con Taemin y los Penitentes sería mejor que estar sentado en ese estúpido Cuarto Oscuro. Trató de recordar pero sus esfuerzos se evaporaban en la niebla del olvido antes de que algo pudiera formarse con nitidez.

Por suerte y tranquilidad apareció Jimin y Chuck con la comida y lo liberó de sus pensamientos. Le pasaron un poco de pollo y un vaso de agua por la ventana; y Chuck comenzó, como siempre, a hablar hasta por los codos.

- Todo está volviendo a la rutina —anunció, el y Jungkook dirigió su mirada a Jimin que no había dejado de mirarlo en ningún momento. —. Los Corredores están en el Laberinto, los demás se encuentran trabajando. Quizás sobrevivamos, después de todo. Jimin les dijo a los Corredores que regresaran a su labor.

Chuck seguía hablando, pero sus palabras habían tomado un giro inesperado.

- Estoy medio confundido, Jungkook. Es raro sentirse triste y extrañar la casa de uno, si no tienes ni idea de adonde es que deseas volver, ¿captas lo que digo? Lo único que sé es que no quiero estar aquí. Quiero regresar con mi familia donde sea que quede eso, al lugar del que me sacaron. Quiero recordar.

Se sorprendió un poco. Nunca había escuchado a Chuck decir algo tan profundo y tan cierto.

- Te comprendo —murmuró. Jimin se mantuvo callado, muy de el.

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⏰ Última actualización: Oct 15, 2021 ⏰

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