capítulo 1

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—Mi nombre es Lia, tengo 17 años y apenas me mude aquí.

Es un asco ser nueva en una escuela y tener que presentarte, estamos a mitad del año escolar odio tener que ser la nueva.

—Un gusto Lia, puedes sentarte, al lado de Adam.

No se quien carajos es Adam pero supongo que es el único puesto vacío.

La maestra sigue con su clase mientras yo me acomodo.

—Mucho gusto, creo que hay sabes me llamo Adam.

Volteo para ver quien era el chico de esa hermosa voz, voz fuerte, dominante.

Cuando lo veo me quedó perdida, joder parece un chico mayor no para estar en último año.

Su cabello es castaño, su piel es blanca pero lo mas hermoso es su mirada, sus ojos.

Me perdí en esos ojos que ni siquiera puedo distinguir el color.

¿grises? ¿azules? ¿verdes?

No lo se pero me encantan, es un chico que al solo verlo puedo sentir lo imponente que es.

—¿Todo bien?— él me devolvió al mundo con su hermosa voz, seguro estaba como tonta viéndolo.

No puedo evitar sonrojarme al pensar en mi estúpida mirada.

—Emm no no solo estaba pensando, pero prestemos atención a la clase—  lógicamente no quería prestar atención a la clase, simplemente quería cambiar de tema y funciono el se quedo callado y yo toda la clase solo pensé en él y en otras cosas que pasan por mi cabeza.

Nadie sabe mi secreto, ¿saben lo que es el BDSM? Si saben que es me alegra mucho, saben lo que es el placer puro.

La única relación que yo busco es de amo y sumisa, Adam queda demasiado bien como amo.

Por Dios apenas lo conozco y ya pienso en esto.

Es tan difícil no pensar en eso, nadie sabe de mis gustos y por eso no tengo novio.

Les diré algo, cuando veo porno siendo sincera no siento nada y eso me da un poco de miedo ya que creo que cuando pierda mi virginidad no sentiré nada, pero en cambio cuando veo porno de BDSM siento la gloria.

Toda la clase me la pase sumergida en mis pensamientos, a fin de cuentas solo le tengo que pedir a mi prima que me cuente de que hablaron en clase.

Mi prima se llama Kiara y por suerte estamos en el mismo salon, nuestra relación es de mejores amigas, es la única que sabe de mi oscuro secreto, ella fue la que me hablo de el BDSM fue tan normal para ella decir que mantiene una relación de ese tipo con su novio, si fuera yo no le hubiera contado nada.

Cuando ella me hablo del tema me gusto e investigue y me encanto así que ella y yo tenemos los mismos gustos.

Por fin salimos de clase, me levanto del puesto evitando la dominante mirada del chico.

—Lia mi tia quiere que comas en casa ¿vienes?—.

—Claro, necesito que me ayudes a estudiar se supone que en poco son los exámenes y apenas entre.

Si estaba en otra escuela lógicamente pero no creo que estemos viendo los mismos temas.

—Vale, igual yo tengo que estudiarse, Stephan me castigará si no paso esos malditos exámenes.

Stephan es el novio de kiara, su amo.

—Bien como no queremos que te castigue estaremos todo el día estudiando en tu casa.

Y así fue, antes de salir del salón le di una mirada de reojo al hermoso chico.

—Se llama Adam, es muy popular, creo que le gustas, literal las chicas cuando lo ven quedan derretidas y él las ignora a ti no te ignoro eso es muy bueno chica.

narra Adam:

Esa chica tiene algo especial, su sonrisa me encanto, puedo ser una persona muy cerrada con las chicas pero con ella no lo seré.

Ella será mía, espero sea una buena chica para que no la tenga que castigar muy seguido.

Se ve tan inocente y como esconde su bello rostro bajo su cabello me encanta.

Verla intentar evitar que nuestras miradas se cruzen es demasiado placentero.

Narra Lia:

—Kiara ya no mas — le dije a mi prima por su falta de compromiso con el estudio.

—Es que no puedo ¡Stephan me matara!— y no lo dudo, yo ya conocí al chico y un día estaba en pijamada con Kiara ella se emborracho y justamente ese día paso Stephan para ver como estaba, se molesto tanto que casi la castiga al frente mío.

—Te dije que te comportarás ahora vas a recibir el castigo apropiado— lo mire incrédula por lo que le dijo a mi prima.

Estábamos en la sala y yo no sabia si subirme al cuarto.

—Perdón— fue lo único que ella dijo entre sollozos.

—Sube ¡ahora!

Y si escuche todo el castigo, creo que primero la baño, supongo con agua fría porque ella se quejaba y luego sentí el sonido de las nalgadas.

—¿Todo bien?— salgo de mis pensamientos.

—Eh si si solo pensaba en que ya me tengo que ir, mis papas me están esperando.

Después de empacar todo fui a mi casa, no quedaba para nada lejos, mis papas me estaban esperando para cenar.

Me gusta tener una familia tan unida, mis padres son de esas parejas que ya no se ven, son casados y completamente felices, yo igual soy muy feliz.

Solo necesito algo, un dominante, un chico que me ayude a mejorar cada día.

Espero que llegue el indicado, sé que tarde o temprano lograré sentirme feliz junto al indicado.

No digo que los hombres sean escenciales para ser feliz pero a fin de cuentas dan un poco de alegría.

Mi oscuro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora