Lia:
El viaje de regreso fue algo incómodo, como si algo hubiera afectado entre nosotros, no para mal, para bien.
Es de las pocas personas que lo sabe y me alegra que no me saque el tema como algo "de que hablar" en lo personal pienso que son temas privados.
Adam está por llegar a mi casa, no se que pueda pasar solo dijo que lleva tiempo queriendo hablar conmigo.
Mis padres no estan y queridos yo creo firmemente en que cuando hay casa sola la cosa se descontrola.
Es algo estúpido lo sé, de igual forma me arregle para la ocasión, rimel, delineador, pestañina e iluminador, conforman mi maquillaje.
Llevo una camisa blanca, corta y no puede faltar la chaqueta que cubre mis brazos, uso un jean sencillo con unos tenis blancos que hacen juego con la camisa
Kiara me dice que hoy perderé la virginidad de igual forma no lo creo, si soy capaz de entregarle algo que guarde por años, pero no creo que él quiera con alguien como yo.
Sabe uno de mis secretos, las cortadas pocas personas las han visto ya que no me siento para nada feliz, mucho menos de la gran cicatriz que recorre por todo mi brazo.
Tengo marcas tanto en mi alma como en mi cuerpo.
Estoy unida en tantos recuerdos y momentos especiales que no puedo evitar odiarme por tantas razones.
Mi forma de ser hizo que se alegarán tantas personas de mi lado.
Perdí tanto por el simple hecho de ser una inmadura con dependencia emocional en un solo ser humano.
Escucho como timbra y un cosquilleo recorre en mi cuerpo interrumpiendo mis pensamientos.
Salgo literalmente corriendo para abrirle, algunos pensaran que es estúpido, pero estoy realmente emocionada de verlo.
Al abrir la puerta me encuentro con la imagen del chico demasiado guapo, tiene algo que hace que al verlo uno diga "ufff mi amor soy tuya".
—Hola Lia.
—Hola, pasa por favor.
El pasa y como Pedro por su casa se sienta en el sofá.
Me siento intimidada por él, es mi amigo y todo y de igual forma me siento algo extraña a su lado.
—De que querías hablar...
—No quiero que pienses que me meto en lo que no me importa— da un suspiro para continuar— primero siéntate— le hago caso a su orden lo que le saca una sonrisa— bien, chiquita me preocupas mucho, quiero estar para ti en todo momento y no quiero que sufras.
¿Chiquita?
—No estoy sufriendo.
—Si lo haces, se que no te cortas para llamar la atención, si fuera así le mostrarían a todos tus marcas y andarias por el mundo diciendo que tienes depresión, tu lo ocultas y eso solo significa que tienes en tu alma dolor, quiero ayudarte a mejorar y que no repitas eso— intento interrumpirlo él no me deja, no quiero los típicos discursos se que está mal, ya lo sé y no me lo tienen que repetir— Lia quiero verte feliz, eres demasiado perfecta para que tu sonrisa se pierda, Quiero estar en tu proceso, quiero verte cada día más animada.
—no se a que quieres llegar.
—quiero estar para ti y además ayudarte a que dejes de cometer tantos errores como lo son las cortadas, no te crítico pero me encargaré de que no lo hagas de nuevo.
—¿Qué?
—Lia pequeña Lia lo se todo— su mirada es muy seria, se que no esta jugando.
—¿Ah si? Y que se supone que sabes señor sabelotodo.
—Tu secreto.
Dos palabras, dos malditas palabras que me hacen temblar.
No puede ser posible.
—No tengo secretos, solo vete de mi casa — claro que tengo secretos ¿quien no?
Una mentira no cambiara nada ¿o si?
—¿Segura?— se acerca a mi peligrosamente — las chicas malas se merecen un castigo, pequeña mentirosa es hora de que aprendas.
Mis mejillas están demasiado rojas, ¿lo sabe? ¿sabe que quiero probar el BDSM?
Mi mayor secreto, es mi oportunidad de lograr mi sueño, pero no quiero que piense que soy una rara.
—¿Qué? Ja estas loco, sal de mi casa, Adam dejame en paz, tengo muchos malditos problemas para que estés jodiendo — él sigue muy serio y eso me preocupa.
—Nena no empeores tu castigo, ya te dije se tu secreto — él se sentó en una de las sillas del comedor — ven a mis piernas para recibir tu castigo, será peor si no vienes.
Descubrió mi oscuro secreto y ya es demasiado tarde para salir de aqui.
No se si esto es lo que realmente quiero pero joder las cosas llegan cuando menos las esperamos.
—Oye ya si es una broma ja, ja, ja muy chistoso, ya para— mi corazón esa a mil por hora.
—No es broma, en el hotel vi tu celular vi que te gusta todo el tema del bdsm así que no te hagas la inocente conmigo Lia.
Tengo un montón de sentimientos encontrados, como se le ocurre revisar mis cosas, ¡Imbécil!.
—No se que quieres que te diga ahora Adam, sabes esto se puso raro, prefiero que hablemos otro día.
—Muñequita realmente quiero ayudarte, por eso haré que la lección quede bien aprendida.
Sin más me tomo del brazo y me recostó en sus piernas, no supe cómo reaccionar cuando sentí el primer azote.
—auuu para para ¡Adamm!.
No me escucho y siguió con el castigo, este era el momento que estuve esperando mucho tiempo y ahora que llegó no fue como me lo esperaba.
El dolor era fuerte, es placentero obedecer sus órdenes pero no me gustan los azotes.
El chico sigue sin parar, puedo sentir fuego en mi trasero.
—¡Ya aprendí Adamm!— hablé después de unos 15 azotes.
Esas palabras fueron suficientes para que me dejara y me levantará para sentarme en sus piernas.
—¿Segura que si?
Su tono es más fuerte de lo normal, estoy sobre sus piernas con un dolor horrible y además el chico que me gusta esta secando mis lágrimas, una escena un poco fuera de lo común.
—L-lo prometo.
—Bien quiero preguntarte algo princesa— dice besando mi frente.
—Dime— hablo entre lágrimas.
—¿Quieres ser mi novia-sumisa?.
A la mierda el mundo entero, no se que carajos esta pasando, primero los azotes y ahora eso, digamos que no es la mejor forma para pedirme esto.
Joder no se cómo reaccionar, tengo tantas cosas en mi mente, sigo sin superar lo que sucedió meses atrás como para atar a Adam a una relación.
En conclusión no se qué mierda hacer.
ESTÁS LEYENDO
Mi oscuro secreto
Romancevivir con una mentira no es fácil, odio tener que ocultar mis gustos por el que dirán. al pasar de los años me di cuenta que no podré disfrutar de mi sexual si no digo mi oscuro secreto ¿estaré preparada?