capítulo 3

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Mi decisión fue sí, era lo mejor más que todo para conseguir amigos.

El paseo no era algo demasiado grande, pero era una oportunidad, estaría Adam no importa nada más.

Vamos a ir en un camión que rentaron para nosotros, gracias a Dios mis padres son muy tranquilos y fácilmente me dejan ir.

Cuándo me siento en uno de los puestos libres me doy cuenta de que lo más probable es que todo el camino esté sola, todos se conocen entre todos y yo soy la rarita que solo va por no perder el cupo.

Joder creo que fue mala idea, me pongo mis audífonos a todo volumen y me recuesto en la ventana.

Quedo profundamente dormida, el asiento es amplio y eso me hace descansar tranquila.

(...)

Siento como suena mi celular y me despierto algo confundida.

—¿Aló?.

—Hola bebe!! ¿Cómo vas en el viaje? ¿Ya están llegando?.

—Mmm ey hola Kiara, la verdad no sé, estaba dormida.

Cuando estoy algo más consiente me doy cuenta que alguien está a mi lado.

Adam.

—Ahh perdón por despertarte es que estaba algo aburrida pero bueno.

—Tranquila igual yo te llamo cuando lleguemos.

—Valee entonces sigue descansando bye.

—N-no no esper...

Sin más la chica colgó la llamada u yo miré de reojo al chico.

Quiero hablarle, me muero de pena, no entiendo el porqué se hizo junto a mí si a fin de cuentas no somos ni tan amigos.

Soy muy tímida y agh no sé ni cómo decirle hola, pinche jodida pena que tengo Dios mío.

—Hola ¿Descansaste bien?.— con su voz dominante rompió el silencio.

—Sep, gracias por preguntar ¿Y tú?.— ahhh estúpida no seas infantil Lia.

Él soltó una carcajada, si risa es la más linda que mis oídos han escuchado.

—Pues yo no dormí así que no sabría que contestarte.

Tragame tierra por favor, me sonroje y trate ocultarme entré mi largo cabello.

Él con sus manos me alejó el cabello de la cara y me miro fijamente.

—No tienes que ocultarte, eres muy linda cuando te sonrojas.

Era inevitable no querer ocultarme más y más.

Tengo demasiada pena con este chico y su mirada sobre mi me intimida demasiado.

Él toma un mechón de mi cabello y lo pone tras mi oreja, sentir su tacto es sentir un montón de emociones, más que todo ganas de besarlo y sentirlo sobre mi.

—Soy muy jodidamente estúpida— se me salen las palabras, cuando estoy nerviosa es inevitable no decir groserías.

Según mi madre es un defecto, ya que los nervios me hacen hablar de más y sobre todo con malas palabras.

Mi oscuro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora