La eterna soledad del inmortal

Capítulo 4-Ramiro, enemigo público

Luego de que los niños espantados gritaran, los adultos fueron y se espantaron, todas las características que decían las escrituras de los ancestros concordaban con lo que estaban viendo, no se lo podían creer y lo gritaron por todo el pueblo, fue en segundos que todos estaban afuera, unos espantados, otros sorprendidos y algunos pocos alegrados, en todo el pueblo se tenían percepciones diferentes de Ramiro, ¿héroe o asesino?, algunos le quisieron hacer preguntas, pero otros le querían hacer daño, entonces Ramiro salió a correr y a esconderse de nuevo con su mascota Barragán, estando detrás de una casa, se dio cuenta que Barragán no tenía que ser su mascota, él no quería ser como Dios, entonces le dio pensamiento al del nivel de un humano y capacidad de hablar, así ya tenía alguien con quien desahogarse de sus problemas y hablar, Ramiro le preguntó a Barragán que podían hacer para que la gente cambiara su pensamiento hacia él, entonces Barragán le dijo que lo mejor que podía hacer era hablar para todos y comentarles lo que quería que supieran, así no le creyeran tendrían la duda de si hablaba de verdad o de mentira, aparte Barragán le dijo que con eso dividiría a la sociedad entre los que le creen y los que no, pero antes de eso, le tocaría planear las pruebas que va a decir para que no parezca todo un invento, Ramiro acepta y se pone a pensar en que va a decir, mientas tanto la gente está buscándolo para hacerlo hablar y volver a encerrarlo como lo hicieron sus ancestros hace 1.000 años, Ramiro, ya decidido, sale y se hace más grande, todo el pueblo lo ve y empieza a correr y a tirarle cosas, apenas Ramiro va a hablar le empiezan a tirar lanzas y no se lo permiten, entonces Ramiro se encoge al tamaño normal y se vuelve a esconder junto a Barragán, "¿ hice algo mal?" le pregunta Ramiro a Barragán, y Barragán le responde que no debió hacerse gigante para que lo escucharan, esto los hizo aterrar más, la nueva idea era organizar una tarima grande y hablarle a todo el pueblo, pero no sabía cómo hacer para que la gente no se sorprendiera y lo volvieran a callar con violencia, así que a Barragán se le ocurrió una idea, repartir volantes donde dijera que iba a hablar con todos para hacer las pases a cierta hora y en cierto lugar, así todos sabrían que no lo hace por hacer el mal y lo dejarían hablar, así que esto hizo, en la noche cuando todos estaban durmiendo dejó unos volantes algo feos y con pésima ortografía (ya que Ramiro no sabía nada de caligrafía) donde les decía lo que iba a hacer y Barragán con ayuda de un carpintero creó una tarima grande y sillas de madera para pararse y hablar con todos de una manera respetuosa, Barragán vio los volantes que había hecho Ramiro, y se percató que no decía el lugar, a Ramiro se le había olvidado, el pueblo era algo pequeño, así que si todo el mundo ve una tarima y muchas sillas va a saber que es en ese lugar, como tampoco había especificado una hora, la gente duraría un buen rato buscando, Ramiro sabe que lo harán, porque nadie se querría perder de este discurso, así que entre Ramiro y Barragán se pusieron a pegar los volantes en todo lado, las paredes, las puertas, el piso, los caballos que usaba la gente para desplazarse, lo importante es que todo el pueblo recibiera esta importante información.