Seré tu pecador en secreto cuando se apaguen las luces

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Cuando un Im devolvía un favor, un Im lo devolvía bien. Mina había aprendido esto a lo largo de los años, trabajando con el Presidente y la Directora. Prometió ser la mentora de su hija y, a cambio, fue ascendida a un puesto muy bien remunerado, con beneficios ilimitados. También aprendió que la fruta no caía lejos del árbol. Así que encerrada entre las cuatro paredes del lavabo, cuando Im Nayeon devolvió el favor, se aseguro de que Mina recibiera lo que le correspondía.
La venganza de Nayeon fue lenta pero satisfactoria. Desde su posición anterior, maniobró fácilmente sus cuerpos y levantó el ligero cuerpo de Mina con un rápido movimiento. La coloco suavemente junto al lavabo, y se entendió que todo lo que Mina tenía que hacer era abrir las piernas.
Nayeon cayó de rodillas, como una devota a punto de adorar a su santo. Mina era, a falta de mejores palabras, sexy. Y Nayeon sintió que sería su deber santificar el cuerpo de Mina con placer y dolor. Y así lo hizo, Nayeon ni siquiera necesitó que le dieran instrucciones. Fue su instinto el que la guió a dar suaves besos en el interior de los muslos de Mina. El hecho de que Mina ya se estuviera retorciendo animó a Nayeon a no detenerse. Continuó lamiendo y chupando los cremosos muslos de Mina, hasta llegar al núcleo de la líder del equipo. Se detuvo un poco y miró  hacia arriba, pero el acto de Mina de empujar su cabeza hacia abajo fue señal suficiente para ser entendido como consentimiento. Nayeon entrelazo sus manos con las de Mina, pero no dejo que la otra estuviera inactiva. Su mano errante se posó en los pechos de Mina, aún vestidos, y se dedicó a apretarlos y acariciarlos. Desde los montículos de Mina, Nayeon dejo que sus dedos trazarán una línea hasta los abdominales de Mina y luego volvieron a bajar hasta sus piernas. Nayeon le quito las bragas a Mina con cuidado, como un niño que quita el envoltorio de su regalo de Navidad. No había otro regalo mejor que ver a Mina ya empapada con Nayeon haciendo lo mínimo.

—Oh, Mina.—Nayeon suspiro, satisfecha de conocer finalmente el nombre; satisfecha de estar en esa posición. El nombre fue dulce en sus labios, pero no fue lo único dulce que probó. Nayeon no disfrutó mucho de su cena, pero Myoui Mina lo compensaba con creces. No fue una maravilla cuando Mina se encontró con la cara de Nayeon enterrada entre sus muslos, devolviendo implacablemente, sumergiéndose y finalmente probando el néctar de Mina.

Comenzó con una lenta lamida, asegurándose de sentir todo a la vez, y siguió con un ritmo acelerado, dándose cuenta de que podría hacer esto toda la noche como una rutina, como si fuera la misión de su vida. No tardo en crear un ritmo de placer para Mina. Nayeon espero un rato antes de acompañar su lengua con un dedo. Y luego dos. Se deslizó con tanta facilidad; el cuerpo de Mina respondió como si fuera magia. Mina puso los ojos en blanco mientras gemía. Prácticamente se estaba restregando contra la lengua y los dedos de Nayeon, haciendo rodar sus caderas hacia delante y hacia atrás para aumentar la intensidad. También apretó la mano de Nayeon, tratando de encontrar una salida para el calor y la pasión que estaba experimentando.

—Está bien, cariño. Puedes gritar mi nombre.—Nayeon continuo con su obediente lamer y chupar. Mina se reprimió para no gemir.—¿No?—Nayeon se detuvo al no escuchar una respuesta. Mina necesito al menos levantar un muro falso de desafío, aunque todo lo que su mente gritaba era "Por favor, continúa. Te necesito, Im Nayeon." Pero Nayeon era misericordiosa esta noche. Ella sólo estaba devolviendo un favor después de todo. Así que no se detuvo. Durante largos minutos, Nayeon se comió a Mina. La devoro. Los muros de dignidad de Mina habían sido derribados, sus dientes apretados y sus actos de desafío se habían convertido en gemidos y jadeos sin palabras que llenaban los oídos de Nayeon. Su espalda recta ahora se arqueaba; sus ojos feroces, ahora entrecerrados, evidenciaban placer.—¡Ah! Estoy... estoy cerca.—La primera frase coherente que Mina fue capaz de formar.

—Te tengo.—Nayeon sorbió a Mina, introduciendo y enroscando sus dedos más profundamente. Saco su lengua con un movimiento más rápido para dar los últimos golpecitos al clítoris palpitante de Mina.

Adore You | MINAYEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora