Las Vegas

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Nayeon y Sana tardaron hasta el amanecer en concretar el destino de su viaje de curación. El plan inicial era que Sana volviera a Japón, pero desde que Nayeon entró en escena, tuvieron que recalificarlo. Estaban juntas en esto. Se convirtió en Hawái (porque quién no querría encontrar la curación en Hawái), y luego fue Suiza (porque el paisaje era suficientemente curativo), pero luego se convirtió en Las Vegas, el lugar donde Nayeon conoció a Mina, y donde Sana perdió a Momo. Era el lugar perfecto para recuperarse, sugirió Sana, y Nayeon estaba de acuerdo. Ambas se reían de la idea de encontrar la curación en un lugar sin esperanza.

—¿Realmente estamos haciendo esto? ¿En Las Vegas?.—La risa aguda de Sana llenaba la habitación. Su apartamento, antes vacío, se había llenado de una calidez diferente. Ya no estaba tan solo.

—Sí, lo estamos.—la risa sincera de Nayeon se unió a la de Sana para llenar la habitación.

—Por la curación y el reencuentro con nosotras mismas.—dijo Sana con certeza.

—Por la curación y el reencuentro.—afirmo Nayeon.

Esa misma noche, reservaron dos vuelos de ida a Las Vegas.

Dos semanas antes de la salida
Nayeon se dio cuenta de que no tenía mucha gente de la cual despedirse. Además, Corea nunca había sido su hogar. Se dio cuenta de que tenía que despedirse de cada uno de ellos de diferentes maneras, así que decidió hacerlo por el nivel de dificultad.

Las más fáciles de despedir eran Jihyo y Jeongyeon, sobre todo porque las despedidas con ellas no significaban realmente el fin de la amistad y la ruptura. Era el tipo de despedida "hasta pronto" o "no quiero volver a verte". Nayeon les hizo una visita primero.

—Vete.—dijo Jihyo en cuanto abrió la puerta. De todos modos, extendió los brazos para abrazarla.

—Como era de esperar.—se río Nayeon.

Jeongyeon no tardo en seguir con su propia versión de insultos antes de tirar de Nayeon en un fuerte abrazo.

—Jihyo, mírala cómo sigue enamorada de mí.—bromeo Nayeon, indicándole a Jihyo que se uniera al abrazo. La pareja palmeó la espalda de Nayeon y acabó despeinándola y arrugando su ropa.

—Entonces... ¿realmente te vas?.—Jeongyeon pregunto.—¡No puedes dejarme sola con Park!.—Jeongyeon quería mostrar pánico en sus ojos mientras miraba a Jihyo, pero todo lo que había era amor.

—Entonces me llevo a Jihyo conmigo—Nayeon se aferró al brazo de Jihyo.

Jihyo le guiño un ojo a Jeongyeon antes de que ella y Nayeon desaparecieran en la sala de estar.

—Curando, ¿eh? Estoy orgullosa de que por fin te pongas límites. Ya es poco saludable, Nabongs. Te mereces lo mejor, y a veces no es lo que quieres. No tengo nada más que decir porque si sigo, sabes que sólo hablaría mal de esa mujer Myoui Mina. Aun así, sé que la defenderás como si hubiera puesto las estrellas en tu cielo, aunque haya sido ella la que las haya despojado.—dijo en un suspiro.

Nayeon estaba a punto de responder cuando Jeongyeon intervino.—Lo que está tratando de decir es que estamos orgullosas de ti por ser lo suficientemente valiente como para elegirte a ti misma.—Jeongyeon tradujo las palabras de Jihyo—y te queremos.—añadió.

—Me entiendes perfectamente. Gracias, cariño.—Jihyo miro con aprobación a Jeongyeon. Nayeon hizo sonidos de vómito a un lado.—Tú. ¿Qué harás en Las Vegas? ¿Pecado?.

Nayeon se limitó a mover las cejas de forma sugerente.—No, estoy bromeando. No lo sé, de verdad. No tengo plan sólido. Sólo necesito tiempo para volver a encontrarme a mí misma.

Adore You | MINAYEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora