Era un hecho conocido que Im Nayeon era la única heredera de ImTech, la cual era una de las empresas con mayores proveedores de tecnología de Corea del Sur, y el mayor socio privado del gobierno.
Sin embargo, también era un hecho conocido que, a pesar de que la popularidad de su nombre penetraba en las diferentes clases sociales, no muchos la habían visto personalmente. Se rumoreaba que la influyente pareja Im no tenía una heredera en primer lugar, y que tener una hija era sólo un engaño para alejar a otros competidores que podrían interesarse en adquirir la empresa en el futuro.En cuanto a la corteza de la sociedad que tuvo la bendición de presenciar a la joven hija de los Im durante reuniones exclusivas, la mayoría se habían ofrecido a arreglar el matrimonio con sus hijos, algunos incluso dispuestos a esperar a que Im Nayeon floreciera en una dama, lista para el cortejo. Aunque sus padres no rechazaron explícitamente estas ofertas, estos gritos de matrimonio cayeron en saco roto. (Tal vez la pareja de Im estaba cegada por la ingenuidad y la alegría de tener un primogénito y por eso aún no se planteaban estos movimientos estratégicos. Quizá en un futuro próximo, estas prominentes familias volverían a intentar proponer esta idea). Mientras tanto, lo que los Ims pensaron que sería lo mejor, era enviar a su joven hija al extranjero para que estudiara en un exclusivo internado, conocido por admitir estudiantes de familias prominentes de todo el mundo. Su preciosa princesa estaría lejos de las miradas indiscretas del público, y lejos de las propuestas de chicos mediocres.
Esta fue una decisión fundamental, ya que dio forma y moldeó la persona de Im Nayeon. Recordó vívidamente uno de sus últimos encuentros con sus padres cuando aún estaba en Corea. Llevaba el pelo trenzado en dos colas, las mejillas regordetas y rojas, y un vestido rosa.—¿Me prometes que serás una buena chica en Los Ángeles?—Su padre se arrodillo para mirarla a los ojos.
—Sí, Abeoji. Me portaré bien.— La joven Nayeon sonrío alegremente, mostrando sus bonitos dientes de conejita.
—Promete a tu madre lo mismo.— Su padre la atrajo para darle un fuerte abrazo antes de soltar a la niña para que le tocará el turno a su madre.
—Prometo que seré una buena chica, Eomma.— La pequeña Nayeon dijo antes de ofrecer su dedo meñique para una promesa. Su madre tomo su meñique y selló la promesa.
Hacer que una niña prometiera ser buena era algo preocupante y problemático hasta cierto punto. ¿Qué significaba ser bueno? ¿Quién le enseñaría lo que era bueno o no?
Nayeon prometió ser una buena chica. Y el infierno se convirtió en uno. No, en realidad, se convirtió en la mejor.
Estar físicamente alejada de sus padres le dio una independencia y una libertad que no tenían la mayoría de las hijas de los chaebols. Sin embargo, era liberador y solitario al mismo tiempo.Nayeon destacaba en sus estudios. No tenía más remedio que rendir bien, ya que se esperaba de ella. Pero, por supuesto, tenía esta carga (autoimpuesta), además de la presión de sus padres. Una Im no se dejaba llevar por el juego. Una Im era creadora del juego.
A pesar de este tirón natural de una Im para dominar, competir con la flor y nata nunca fue el sueño de Nayeon. Nunca tuvo la ambición de estudiar en el extranjero para poder hacerse cargo del negocio familiar. Simplemente... sucedió. De hecho, cuando era niña, sólo quería ser una mascota, y contaba cuánta felicidad daban las mascotas (osos) a la gente.
Nayeon no quería el drama de los asuntos familiares. Si tuviera la oportunidad, se habría quedado en Corea con sus padres. Era su única hija, ¡por el amor de Dios! Habría elegido una carrera diferente, probablemente artes teatrales o algo de humanidades. Habría querido ser mimada por ellos cada minuto. Ansiaba su atención. Pero estar lejos de casa sólo podía hacer que recurriera a otros remedios. Aunque la mayor parte del tiempo recibía sermones de sus padres para que fuera bien en la escuela y mantuviera el honor de la familia, eso no se interponía para que Nayeon fuera la mejor en divertirse: Lo que Im Nayeon quería, Im Nayeon lo conseguía, y a veces, a quien Im Nayeon quería, Im Nayeon lo tenía.
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Adore You | MINAYEON
Fanfiction¿Como podrías saber que es bueno o que es malo? Es una pregunta que resonó en la cabeza de Im Nayeon el día que se despidió de sus padres para poder estudiar en el extranjero, prometiendo ser buena y poner en alto a la honorable familia Im, después...