Fate ✅

Capítulo 9

Hoy es mi primer día en el empleo al que siempre aspire, estaba tan contenta que la oportunidad se habia presentado. Aunque estaba triste porque Tae no podía llevarme, ambos salíamos al mismo horario en direcciones opuestas, pero aun así estaba entusiasmada por ir. 

Cuando llegue a la oficina me designaron ir a un sector con otro novato, en la sala de espera estaba aquel chico rubio de piel pálida que estaba esperando en silencio, seguramente él seria mi compañero. Me acerque y me presente tímidamente, pero por alguna extraña razón al  instante conectamos, comenzamos a hablar de los nervios y el temor de que nuestro jefe a cargo sea una persona difícil de llevar. Al cabo de media hora esperando allí, por fin nos pidieron dirigirnos a la oficina que nos tocaría.

Ingresamos y él estaba allí, Jeón Jungkook, un joven encargado del que habiamos oído, el menor de todos. Nos pidió sentarnos, Jimin se presento y luego yo, levanto su mirada y nuestros ojos se encontraron, me miro fijamente y mi piel se erizo al instante. Intenté ignorar aquello, hable rápidamente sin demostrar mi nerviosismo. No podia negar el hecho de que era muy guapo, no lo imaginaba así, creí que seria distinto pero la imagen frente a mi era digna de detallar. Tenia una camisa blanca de la compañía ceñida al cuerpo, se traslucian varios tatuajes en su brazo derecho y algunos mas pequeños en su mano, era como ver al típico chico malo, pero este era sumamente respetado por ser responsable y correcto por los demas empleados. De forma inmediata evite volver a mirarlo, lo seguimos en el recorridi y reconocimiento de los sectores, cuando se detuvo fui consciente de su altura, bastante más alto que yo, al ir tras él note que su cuerpo estaba ejercitado, él se veía realmente bien. Basta Lisa, ¿que haces?. Desde ese día me limite a el trato cordial y justo con él, no queria problemas con mi novio, a Tae no le gusta que hable demasiado con otros hombres y no me gustaba cuando se enoja conmigo, estoy dispuesta a cualquier cosa por evitarlo.

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Luego de discutir con Tae debido al compromiso que él tenía y no podía llevarme a la despedida de Hoseok, decidí ir sola. Se enojo tanto que pidió que vaya con lo ropa que tenia puesta. Aquel dia vestía un jean viejo y una remera larga blanca, pero estaba tan enojada que decidí ir igual así vestida. 

En cuanto llegue a casa de mi amiga Rosie, me impidio que vaya con esa ropa, ofreciéndome ropa luego de que le contara lo de Tae. Aunque tuve que soportar un sermón como cada vez que hablaba de él, ella era una de las tantas personas que no quería a Tae conmigo, pero no comprendía cuanto lo amaba, mucho mas que a mi vida.El era todo para mi, me ayudo a salir de mi casa, del mundo miserable en el que vivía cuando estaba allí. Desde que empece a salir con Tae mis padres fueron mas amables conmigo, creo que era debido a su estatus pero no me importaba eso a mi, nunca me intereso que tuviera dinero, yo lo amaria asi no tuviera nada, quería disfrutar la tranquilidad de pasar noches allí con él sin las peleas habituales entré mis padres.

Rosie me dio un vestido hermoso a juego con unos tacones, por primera vez me sentí bonita, sabia que a Taehyng no le gustaría verme así, pero aun así decidí usarlo igual. Llegamos a la discoteca y nos encontramos con Ten un antiguo compañero, Rosie nos arrastro a la pista y sin Tae alrededor pude disfrutar de moverme a gusto sin que todo sea motivo de discusión. Por primera vez baile y baile, sin importarme absolutamente nada más que disfrutar. Una hora después Hobi había llegado, fui con Ten a buscar nuestras cosas para ir a donde se encontraban los demás amigos de Hoseok. En el momento que me presente reconocí a todos los jefes de la oficina incluido el mío, Jungkook. Maldición.

Él estaba tan guapo aquella noche, con una remera negra de mangas cortas que esta vez me dejaban apreciar en totalidad sus tatuajes, tenía un jean rasgado negro ceñido, y unas botas a tono, jodidamente guapo, porque negarlo. Nuestras miradas nuevamente se encontraron y mi piel se erizo como cada vez que eso sucedía. ¡Basta Lisa! Tu no eres asi.