Capítulo 19

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Jungkook había desaparecido los últimos tres días, habían avisado que estaba enfermo, pero cada vez que pasaba por su puerta no escuchaba ruido alguno, era extraño pero intente mantenerme alejada como venía haciendo. ¿Se habría ido y mintió?. No lo se, trate de no preocuparme más por él. 

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Jueves. Estaba bajando por el ascensor para ir a la oficina, pero Sook el encargado del edificio me detuvo al instante en que me vio. Pregunto por Jungkook, él nos habia visto interactuar varias veces, le pareció extraño que hace 4 días no salia de su departamento, tras esa notícia me preocupe por él.

Fueron varios los minutos en los cuales estuve debatiendo frente a la puerta de su departamento, con su llave en mis manos. La copia que me había entregado por cualquier urgencia cuando apenas me mudé al edificio. ¿Esto era una urgencia no? Esta bien, lo haré.

Gire la llave en la cerradura temerosa, en cuanto ingrese, noté que todo era oscuridad, apestaba a encierro definitivamente, y en la mesa había comida de hace días pudriéndose.

-¿Jungkook estas aquí?- pregunté, no hubo respuesta alguna. Fui acercándome timidamente a su habitación, la luz estaba apagada, creí que no había nadie allí hasta que escuche un susurro.

-Lisa...- escuche mi nombre y rápidamente encendí la luz.

Él estaba allí, en su cama, sudado y extremadamente pálido, creí que me reconoció porque una pequeña sonrisa se asomó y se desavenecio fugaz en sus labios. Se habia desmayado.

-Por dios Kook, reacciona- suplique entre sollozos, él estaba jodidamente ardiend.

Corrí en busca de mi teléfono, pedí una ambulancia, intenté mantener la calma cuando cerciore que respiraba. Pasaron alrededor de 20 minutos cuando llegaron unos enfermeros, inyectaron suero en su sistema, estaba deshidratado, me informaron que no se había levantado de la cama en 2 días aproximadamente. Me dejaron medicación estricta, un fuerte resfrió que no fue tratado, bajo sus defensas drásticamente, me calme al saber que no era grave y se recuperaría pronto. Me pidieron que alguien cuide de él y accedí sin pensarlo mucho. Di aviso en la oficina y me quede a su lado. En cuanto se fueron, quedamos solos por mas que él yacía dormido, lamente mi imprudente decisión.

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Cuando cayo la tarde, habia terminado de ordenar y ventilar el departamento lo mas que pude, en ese tiempo él continuaba inconsciente. Entre a su habitación y me senté en el borde de su cama, me tente y me acerque un poco más, quizás bastante, tanto que no pudr resistir el impulso de acariciar su rostro. Se veía tan vulnerable en ese momento, tan ajeno al Kook que conozco, el invencible, el siempre genial, sonreí para mi. Sin pensarlo me incline y bese su frente dulcemente, quien sabe si tendría otra oportunidad de verlo así, de tenerlo así. Sabía que era una idiota por seguir alimentando mi tonto enamoramiento, me aparte, pero en cuanto aleje mis labios de su frente mis ojos se encontraron con los suyos, él había despertado, justo en ese instante quería morir, desaparecer, que la tierra me tragara. Me aleje lo más rápido que mis reacciones me lo permitieron, con mucha vergüenza evite mirarlo.

-Lisa, ¿que haces aquí? ¿Eres real?- pregunto confundido. No supe contestar a eso, creí que aun estaba delirando.

-Soy real, estaba tomando tu fiebre.- continué algo nerviosa- Te encontré desvanecido y pedí un medico. Tenias un fuerte resfrió pero te inyectaron la medicación y mejoraste. A tu lado esta lo que debes tomar y cuando. Cualquier cosa me llamas, me voy entonces- expliqué para irme rápidamente. 

-Por favor no te vayas- suplico. No sabia que hacer, me quede quieta.- No quiero estar solo esta noche.- dijo.

-Esta bien, entonces me quedare en la sala.- respondí y salí de la habitación cerrando la puerta detrás de mi.

Intenté regular mi respiración, ese pedido logro exaltarme, el solo hecho de pensar que el quería pasar la noche conmigo me confundía, me ilusionaba y dolía, pero caí en la realidad, no quería estar solo, no era por mi, pudo haber sido cualquier otra persona...

Como sea, me quede allí mirando una película que encontré, y recordé que la habíamos visto juntos. Suspire, no deberia estar aquí ¿Por que todo me lleva siempre a ti? Me queje.

Para distraerme comencé a preparar algo para que podamos cenar, algo que no sea inapropiado para su condición. Estaba tan entretenida en la tarea, que no fui consciente cuando él salio de su cuarto. Gire, lo tenia a centímetros mio, sin remera y en un joggin gris que marcaba todo lo que cargaba consigo, ¡maldición! Aparte la vista de inmediato ¿Acaso soy una maldita depravada?. Sonrió con su suficiencia habitual, no se si fue consciente de mi mirada o solo le daba gracia la escena de verme cocinando y cantando en su cocina. Definitivamente estaba mejor.

-Huele bien.- dijo mirando la cacerola tras mio. Asentí y dirigí mi mirada a las verduras que aun cortaba.

-Es algo liviano pero rico, por tu estado.- respondí. Mientras seguía observándome.- ¿Que sucede?- pregunte.

-Nada, solo que nunca me cocinaron...-explicó. Imagino que ni siquiera comían las mujeres que traía... Creo que mi cara me delato, porque él comenzó a reír.

-¿Que es lo gracioso?- pregunte. Se acerco a mi, saco un ramillo de mi frente. Estábamos demasiado cerca otra vez, mierda.- Gracias- corte el maldito momento, intente continuar con lo mío ignorando su cercanía. Él se fue a bañar, por Dios no puedo seguir aquí, me esta matando lentamente esto, me estoy haciendo daño yo misma.

Salio del baño, la cena ya estaba servida, hablamos de algunas simplezas mientras cenamos, por un momento todo volvió justo a como eramos antes de lo que sucedió entre nosotros. Fue divertido, se sentía bien, lo extrañaba realmente. No existen los grises entre nosotros, por eso pienso que quizás lo mejor era conservar la amistad que podiamos tener si lo decidieramos. Deje que mis pensamientos se diluyeran entre la charla y los chistes que surgían, pero en un instante se quedo pensando en algo...

-¿Que sucede?¿Te sientes mal otra vez?- pregunte preocupada. Negó con la cabeza, tomo su celular.

-¿Puedo poner una canción para ti?- pregunto aquello, asentí restando importancia a la acción hasta ese momento.

La canción comenzó a sonar, al principio la disfrute pero de momento sentí que su mirada buscaba reacciones, noté que el repetía algunas frases de aquella canción con sonaba. Tenia un mensaje en ella:

"Quiero esconder la verdad, quiero protegerte. Pero con la bestia dentro, no hay ningún lugar en el que podamos escondernos... Cuando sientas mi calor, mira dentro de mis ojos, es donde se esconden mis demonios. No te acerques tanto, dentro está oscuro... No quiero decepcionarte, pero estoy atado al infierno, aunque creo que todo esto es por ti, no quiero esconder la verdad... Yo digo que es cosa del destino, está tejido en mi alma, necesito dejarte ir...Tus ojos, brillan tan fuerte, quiero salvar su luz, ahora no puedo escapar de esto, salvo que tú me digas cómo..."

Comencé a tener palpitaciones, quería huir. Él lo noto, se apresuro a detenerme.

-¿Que haces? ¿Por que Kook?- recrime entre lagrimas- ¿Te gusta jugar con mi mente? ¿Que soy para ti?- pregunte y rompí en llanto. Me sostuvo entre sus brazos.

-Por Dios Lisa, lo siento tanto-habló- No quiero jugar contigo, es la mejor manera que encontré de decirte como me siento- soltó. Levante la mirada, nuestros ojos se encontraron y mi piel se erizo, no puedo caer otra vez, no.

-No Kook, no puedo caer otra vez-hablé- Yo me rendí contigo, no ahora... por favor- suplique.

-Lisa por favor no me digas eso, se que tarde demasiado pero juro que no puedo sacarte de mi mente- confesó. No supe que responder, me beso y nuevamente me deje llevar...

Gaby

Fate ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora