Una simple casualidad - Tobidei

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Perspectiva de obito.

Apenas la alarma sonó levante mi cabeza de la almohada para ver al dueño de mis pesadillas, es despertador.

Eran solo las diez de la mañana, era muy temprano para levantarse pero había un pequeño detalle que me molestaba pero no recordaba que era.

A cabo de unos minutos salto de la cama cayendo de cara al piso por culpa de las malditas y tan tentadoras sábanas...Mierda no, llego tarde al maldito trabajo. Ignorando el dolor de su rostro fue corriendo al baño para darse la ducha más rápido de su vida. Salio del baño con una toalla al rededor de su cintura caminando hasta el clóset donde saco su ropa de lo más simple y del mismo color pero diferentes tonos. Simplemente se puso un suéter café oscuro, arriba un saco café claro y unos pantalones de vestir del mismo color que el suéter.

Después de vestirse y ver la hora salió corriendo sin desayunar por que sino ese día sería el funeral de obito uchiha. Una vez en las calles iba corriendo tratando de evitar chocar con cada persona que pasaba pero no tuvo tanta suerte.

Choco con un lindo chico omega de cabellos rubios.

Era simplemente arte ese chico, lo examino por completo. Admitía que parecía tener buen cuerpo pero eso no fue lo que llamo la atención del uchiha, fue su aroma. Galletas de vainilla y un leve toque de leche con chocolate, con solo oler eso le dio hambre y se odiaba por no desayunar.

Seguía con la mirada perdida en el chico, quería abalanzarse a él y tenerle entre sus brazos para siempre, ese pensamiento hizo que obito reaccionara y de repente sintió algo dentro de el moverse, seguro era su lobo pero le restó importancia, digamos que no se llevaban del todo bien.

- Es nuestro omega, idiota. -decia su lobo mientras movía su cola alegremente. Obito frunció el ceño mientras negaba suavemente. Es que le parecía algo extraño, acaba de conocer al rubio pero su lobo sentía que lo conocía desde siempre.

- Lo acabamos de conocer, ni siquiera sabemos su nombre, no creo que sea nuestro omega destinado, pulgoso. -Le respondió el pelinegro mientras jugaba con sus dedos de forma torpe, la verdad es que el realmente quería que ese joven sea su omega, era hermoso.

Desde de un rato reaccionó mientras apartaba lentamente la vista del rubio y se alejaba unos cuantos pasos, se sentía algo intimidado ante la mirada del rubio. Si sus ojos serían armas estaría tirado en el suelo mientas se desangraba.

- Y-yo lo siento mucho de verdad. - Por fin hablé mientras hacia una pequeña reverencia hacia el omega.

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Al escuchar la voz del alfa delante suyo salió de su debate mental de irse o quedarse para saber algo más de aquel joven delante de él. Es que al escuchar su voz quedo simplemente fascinado, tan grave y profunda, imaginen esa voz gimiendo despacio mientras su mano agarraba mis cabellos para que siguiera chupando... ¡Joder no!, se maldijo mentalmente por pensar esas cosas pero era inevitable con tremendo hombre delante.

- No te preocupes, solo fue un accidente, a todos le podría haber pasado. –Dijo tratando de sonar lo más tranquilo posible pero en sus adentros quería abalanzarse sobre el cuerpo del otro.

Justo después de que esas palabras salieran de su boca, escuchó por fin a su lobo, lo había ignorado todo este tiempo, tenía una buena relación con el pero aveces quería exlotarle la cara.

- Nuestro alfa, dei. –Al escuchar eso quedo paralizado, ese sujeto, ¿Su alfa?, no podía ser, es que no.

¿Por qué deidara no quiere a obito como alfa?

¿Lo quieres averiguar conmigo?

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Si encuentras fallas me avisas, por favor.
<3