Ex's para siempre ✈︎|국민

✈︎ Me: sad story.

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- Me gustas.

Las primeras palabras que le dije, fueron esas.

¿Me gustaba? Sí, lo hacía y demasiado. Aunque todos lo odiaban, diciendo que era antipático, que no se preocupaba del resto, que era de pocas palabras y un poco grosero. Sospeché que podría ser verdad al fin y al cabo, pero nunca lo fue.

- También me gustas.

Las primeras palabras que me dijo, fueron esas.

Teníamos un cierto amor correspondido, pero escondido por ambas partes, así fue cómo empezó nuestra historia, por un año. Un año en el que creí que todo era perfecto, pensaba que algo así nunca me pasaría a mí, pero allí estaba... me sentía en las nubes y quizá demasiado alto para aterrizar tan de golpe.

¿Cómo se terminó?

- Ya no te amo.

Las últimas palabras que me dijo, fueron esas.

Y mientras miraba el partido de fútbol que jugaban en clases de deporte, sentado en el duro pasto de la cancha, cientos de momentos con él se repetían como un boomerang dentro de mi cabeza, me tenían estresado y ansioso. Decidí levantarme y salir de la aburrida clase, necesitaba distraerme.

Caminé en dirección a la terraza de la escuela, un lugar que extrañamente siempre se encontraba vacío. Y quizá el error fue haber ido allí sabiendo que ese era nuestro lugar...

- ¿Por qué no puedes amarme? ¡¿Qué mierda hice mal?!

Me arrodillé cayendo duramente sobre el piso, fuertes sollozos salieron desde lo más profundo de mí. Lágrimas caían sobre mis mejillas sin cesar y mi respiración se entrecortó, haciendo que me faltara el aire. Traté de calmarme pero mi pecho dolía y se hacía presente una fuerte opresión en él. 

Quería que ese sentimiento se detuviera, pero no lo hacía. Mi corazón dolía, mi corazón se partía, mi corazón lloraba en profundo silencio.

- Ya no te amo.

Se repetía infinitas veces en mi mente, el enojo, la frustración y la rabia explotaron en mi interior, sentí cómo todo se volvía borroso debido a las lágrimas. Apreté mis puños con fuerza, estos temblaron y las uñas quedaron marcadas en mis palmas pero aun así golpeé con dureza el cemento debajo de mí, sin importar el dolor que calaba entre mis huesos, seguí golpeando, tratando de que ese insoportable dolor se fuera. Desesperado, daba un golpe tras otro, tras otro y tras otro. Deseando que se él se fuera... deseando que el dolor físico superara al emocional.