Prólogo

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¿Qué pasaría si en la realeza hubiese un hijo bastardo? O lo que consideran ellos uno, bueno esa es mi historia.

Me llamo Gabriel y tengo 20 años, técnicamente no soy un bastardo, ya que el rey en realidad conoció y se enamoró de mi madre cuando yo tenía 8 años, por lo que por mis venas no corre sangre real sin embargo el rey Gabriel “si, ¿irónico no? Me llamo como el rey” me aceptó como su propio hijo y me ha criado como un príncipe durante estos 12 años por lo que estoy agradecido y lo aprecio como un verdadero padre ya que el mío nos abandonó a mí y a mi madre cuando yo tenía 2 años.

Emiliana, mi madre era una profesora de la universidad cuando el rey fue a dar un discurso motivacional como parte de su agenda real, "se preguntarán ¿como se conocieron?", pues por el azar de la vida o el destino, la decana ese día enfermó por lo que a mamá le tocó recibirlo y bueno ustedes saben, la típica historia donde una cosa llevó a la otra y terminaron enamorados el uno del otro. Él tenía 28 años en ese entonces, mi madre 24 “sí, mi madre me tuvo a los 16… como toda joven metió la pata a temprana edad y hey heme aquí” pero bueno ellos son felices y yo lo soy con ellos.

El matrimonio de mis padres y mi llegada al castillo fueron sucesos muy comentados por la alta sociedad y los medios de comunicación, lo cual es entendible ya que no todos los días se casa un rey con una persona que no “está a su altura” y que además es una madre soltera con un niño de 8 años y profesora en una universidad.

Como todo niño de esa edad, no tenía idea de que estaba ocurriendo, solo sé que mamá un día conoció a un hombre que aparentemente era el rey, ella se veía feliz con él así que yo lo era por ella, al mudarnos al que sería mi nuevo hogar tuve que decirle adiós a mi antiguo vecindario y a mis amigos, pasé de recibir mi educación en un colegio normal a recibirla en el palacio, junto con clases de etiqueta, danza, baile de salón, idiomas, política, relaciones interpersonales, equitación, esgrima, defensa personal, música, en resumen... fueron demasiadas y a medida que pasaban los años la lista de cátedras no hacía más que aumentar, por un momento sentía que mi cerebro iba explotar con tanta información y mi cuerpo no aguantaría una clase más, pero un día Gabriel, el rey me dijo – te entiendo perfectamente, pasé por lo mismo a tu edad sé que al inicio no es fácil pero como príncipe comprenderás con el tiempo que el título/cargo de príncipe se ve sencillo pero en realidad conlleva una gran responsabilidad -.

Decir que mi llegada fue bien recibida por todos en palacio sería una gran mentira, desde el mismo día en que puse un pie en mi nuevo hogar, la anterior reina y las dos princesas es decir la madre y las hermanas del rey no dejaban de repetirme que debo estar muy agradecido con el rey, ya que él me sacó de las calles pero que a pesar de eso jamás dejare de ser un bastardo ya que por ley no podría llegar a ser rey y como nunca seré rey me apodaron “El príncipe bastardo o el bastardo sin corona” claro, todo esto a espaldas de mis padres a quienes intenté decirles pero ninguno me creyó ya que las arpías “como las suelo llamar” me trataban como si fuese de su total agrado frente a ellos, con el tiempo podría decir que “llegué a acostumbrarme a sus maltratos verbales a escondidas”. Ellas se encargaron en dejarme claro que debía conocer muy bien mi lugar el cual se hallaría siempre en las sombras.

Así como encontré a las arpías también me encontré con personas nobles en el palacio, como Rosa la cocinera “quien me daba dulces y chocolate caliente cada vez que tenía la oportunidad”, Jaime el jardinero “quien me enseñó el valor de las plantas y que como seres vivos debíamos cuidarlas”, Diana la doctora “la que me atendía con amor cada vez que me lesionaba en alguna clase y me enseñó todo lo que sabía de su carrera”, mis profesores aunque algo estrictos en sus clases fuera de estas eran un espectáculo de personas, en todos ellos encontré el apoyo que necesitaba para soportar a las arpías ya que ellos si se daban cuenta de la clase de personas que eran estos tres seres. Además conocí en palacio a los O'Shire, mis 3 mejores amigos pero no les haré mucho spoiler sobre ellos.

Cuando cumplí 12 años y llegaron al mundo los mellizos "mis nuevos hermanos", mi padre me regaló un cachorro de raza rottweiler al que llamé Abraxos y cuando cumplí 15 años me regaló una hermosa yegua negra pura sangre a la que llamé Asterin, los nombré como 2 de mis personajes favoritos de una saga de libros que encontré por accidente pero que amé intensamente. Desde pequeños los he entrenado para que solo obedezcan mis órdenes y las de mis hermanos en todos los idiomas que aprendí. Abraxos a pesar de ser un rottweiler es una bolita de azúcar, no hay animal más tierno y juguetón que él, una vez lo llevamos a un festival de caza y se quedó oliendo las flores hasta que terminó el evento sin embargo cuando la situación así lo requiere es capaz de atacar sin dudar hasta acabar con su enemigo. Asterin es la chica seria del grupo que ama correr, es la yegua más rápida de todo el reino y siempre que mi agenda lo permite participo junto a ella en cuanta carrera encontramos.

A lo largo de este tiempo mi familia se ha expandido con 5 hermanitos… ya que mis padres no perdieron el tiempo luego de casarse. Al inicio mis padres creían que me pondría celoso de ellos pero en realidad mis hermanos son mi tormento favorito, se llaman Alex, Alec, Destiny, Cristal y Henry. Alex y Alec son los mellizos o como todos en el palacio y yo los llamamos “los diablos mellizos” a pesar de tener 10 años nadie, absolutamente nadie se libra de sus bromas pesadas, todos tiemblan al escuchar sus “angelicales risas” en una ocasión tiñeron de azul el cabello de una condesa porque les dijo que parecían unos perros muertos de hambre por su falta de modales a la hora de comer, aun me sigo riendo al recordar que duró un mes en quitarse el tinte del pelo por lo que se ganó el apodo de la pituficondesa apodo que fue sugerido por mi querida Destiny de 8 años, ella normalmente es una chica tranquila hasta que se junta con los mellizos, luego tenemos a Cristal con 6 años es un amor, es todo lo que puedes esperar de una buena princesa y por ultimo tenemos a Henry la luz de mis ojos, tiene 4 años también es un amor de persona como Cristal y me gusta consentirlo mucho, en fin amo a mi familia. si alguien llegase a tocarle un solo cabello a cualquiera, la familia de esa persona se verá bañada en un gran luto debido a la horrible muerte de quien se atreva a hacerlo, yo con gusto le haré sufrir hasta que clamen por su muerte para escapar de la agonía, además en el Panteón los recibirán con gran placer ya que el pueblo entero ama a mi familia.

Diría que tengo una vida tranquila pero como es de conocimiento público todo en esta vida no puede ser perfecto ya que debo aguantarme a las arpías, sin embargo las tolero porque a pesar de todo adoran a mis hermanos pues en ellos si corre sangre real. Además es mi deber como hermano mayor y príncipe más antiguo proteger nuestro hogar por lo que formo parte de la guardia Real lo cual es el motivo por el que mi vida dará un gran cambio que nadie esperaba, pero eso te lo contaré más adelante.

Si les interesó, sigan leyendo y conozcan mi historia.

De Príncipe a niñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora