👉3.ʜᴀʙʟᴀʀ

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-No me ha-gas nada... por favor-repitió por segunda vez el rubio poniendo su brazo sobre su cabeza como defensa.
Si bien, aquel señor sólo le había dicho buenos días al menor, de igual manera alarmó a Zenitsu, las otra veces lo saludaba con un abrazo, y Zenitsu sabia que debía resivirlo si no quería que pasará esa descarga por su cuello otra vez. Pero esta vez parecía que le queria dar un beso cosa que a Zenitsu asqueo, pero aquel hombre respeto y sólo lo abrazo y se fue.
El rubio se quedó paralizado, intacto en ese cuarto, y volvió a ser consiente segundos después, escapandose una sonrisa de parte de el.
Se animo a llevarse mejor con aquel hombre, o bueno tratar, cualquier descuido pudiera ser clave para poder escapar... si el hombre confiara en el, pudiera chantajearlo, pudiera convencerlo de salir afuera. La casa siempre estaba oscura, si se aprendía perfectamente el camino hasta la puerta, pudiera escapar.
Pero primero ganarse la confianza de ese hombre, pudiera ser más afectuoso con el o al menos pasar tiempo con el ,voy a escapar de aquí-pensó.
Lo busco por la casa, quería hablar con el, o al menos acercarse un poco, quería perder el miedo que le tenía, pero ¿cómo no tener miedo? Ese hombre era casi dos veces más grande que el, su mirada era intimidante aunque casi siempre sonreía, simplemente le daba miedo todo de el.
Algo que el no podía comprender era porque de todos, lo escogió a el ¿qué tenía el de especial? Solo era un miedoso cobarde que siempre queria estar al lado de Tanjiro o Inosuke para asegurar su protección propia, era un egoísta que siempre buscaba su beneficio propio, era una persona que coqueteaba con el que se le pusiera en frente, un mujeriego que quería casarse a toda costa para asegurar su "felicidad" hasta que muriera por un demonio.

Si lo vemos bien Zenitsu es cualquier persona promedio.

¿Qué tenía el de especial? Nunca se había visto atractivo..., en ese momento recordo que hubo una vez se topo con unas chicas cuando iba de camino a una misión con sus compañeros. Le habían dicho que era muy tierno, algo que lo indigno a el, y se fue durante todo el camino quejándose por ese cumplido mientras que Tanjiro e Inosuke se reían por aquel momento.-¿Enserio soy tierno?-penso tocándose la cara.

Mientras pensaba en todo eso ya había recorrido todo el lugar y más o menos se aprendió el camino de esa casa. Era mas grande de lo que pensaba, increíblemente grande, pero finalmente encontró a su "pareja" sentado afuera de aquella casa y lentamente camino paso hacia el.

-Hum... Buen-as tardes- dijo con timidez mientras se iba acercando a aquel hombre.-¿Me puedo sentar con usted?- el hombre se sorprendió ante el acto del menor, era su interacción más avanzada que había podido tener con el. Lo miro extrañado pero finalmente hablo-Claro ven-dijo sonriendo. 
El rubio se sentó al lado de su mayor, en realidad no quería estar al lado de el y menos mirarlo, el odio que tenía iba aumentando cada vez más y tenía miedo que se sobrepasaba con el y recibiera un castigo igual o peor que el anterior, aun asi trataría de acercarse mas, aunque eso era algo muy extraño para ambos, pero tenía que seguir la conversación, tenía que conocer más de el-¿Me-e pudieras hablar mas sobr-e ti?-pregunto con temor.
-¿Me puedes decir por que de repente quieres hablar conmigo?- Zenitsu se estremeció ante esas palabras, no sabía cómo responder o como excusarse- ...- se quedó mirando el suelo con la cabeza baja, no sabía improvisar apropiadamente, por primera vez su ingenio gano a sus instintos y no dijo ninguna estupidez que se le pudiera haber ocurrido, decidió quedarse callado. Al menos por un momento.
-¿Por qué me trajiste aquí?-pregunto en seco, ya no quería ocultar nada.-¿Sabes que odio estar aquí? ¿Sabes que te odio?-Aunque sus palabras parecían seguras de ser pronunciadas, Zenitsu estaba todo lo contrario, por esa razón estaba con la cabeza baja, porque su cara lo decía todo: se estaba cagando de miedo. Queria decir, quería seguir hablando, protestando. Pero ya era demasiado para el, demasiado para su fuerza de voluntad, sabía que desde ese momento (si saldría vivo) no lo trataria de la misma manera que ahora, lo odiaba, odiaba estar allí. Odiaba esas marcas en su cuello.
-A-ah -se alertó cuando aquel hombre levanto una mano, que se dirigía hacia a el.-Se que puedes pensar eso en este momento, pero- poso su mano en la cabeza del menor- si estarias en mis zapatos me entenderías- dio unas cuantas caricias en su cabeza y se levantó para irse.

-¿Qué?

No entendía nada, el le acababa de decir que lo odia ¿Y las marcas en su cuello? ¿el dolor que debía de sentir en ese momento? No le hizo nada, sólo se estaba alejando de el ahora mismo.
-Espera-a...
Se levantó rápidamente, corriendo hacia el señor, quería preguntarle más ¿Estar en sus zapatos? ¿Qué debía entender?
-¿Puedo seguir hablando con usted?...- dijo casi susurrando. El rubio se puso detrás de el, y le trato de tocar el hombro para llamar su atención, pero sólo alcanzó a tocar su espalda. En ese momento maldeció su altura.
-Esta bien, ven preguntame lo que quieras.

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