Capitulo 4

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DongHae se sentó en sofá, cogió aire, abrió y cerró la boca varias veces mientras observaba la televisión apagada frente a él. Nervioso, frotó las manos en la tela de esos desgastados y rasgados vaqueros y se abrazó a si mismo. Dejó que una lágrima se deslizara por su mejilla y trató de no creer lo que acababa de oír. Movió la cabeza, escuchó pasos que se dirigían hacia el comedor. Se puso en pie, y una sola solución iluminó su cabeza. Así que salió corriendo, salió de aquella lujosa habitación de hotel y bajó dos pisos de escaleras. 

HyukJae dormía en la cama, sobre las sábanas, inútilmente tapado con su fino pijama. Pero no tenía frío, estaba bien, con una mueca alegre, soñando con su cachorro. Unos fuertes golpes en la puerta lo despertaron, chasqueó la lengua y caminó arrastrando los pies. ¿Quien lo molestaba a las siete de la mañana? 

-Hyukkie...-Verlo allí lo sorprendió, pero que se le lanzara encima, llorando, lo terminó desconcertando. Cerró la puerta y llevó al menor a la cama, haciendo que se sentara y tomando lugar a su lado.

-¿Qué pasa? -Apartó un mechó rebelde de su frente y limpió las lágrimas con los pulgares. 

-Ellos...-Sollozó.- Yo...¿Por qué...?

-Hae, si no te explicas bien, no puedo ayudarte. 

Asintió, tomando aire y valor antes de contárselo todo.- He escuchado a Siwon y el Señor Lau hablando de hipnosis. -Todos sus músculos se tensaron, el castaño solo miraba al suelo, con el ceño fruncido.- Dicen que, por segunda vez, tengo que olvidarme de ti. 

-Hijo de...-Apretó el puño y sintió unos brazos rodearlo y una cara esconderse en su pecho.

-No quiero...no quiero olvidarme de ti. 

Y es que, DongHae había recapacitado las palabras de aquel hombre que era como un padre para él. También había recordado como Siwon le susurraba cursilerías que no causaban efecto en él, intentaba besarlo y siempre fallaba, no quería ningún beso del casi-médico. Lo único que tenía en mente era ese hermoso recuerdo, sueño, o lo que fuera, de un HyukJae rubio diciéndole que lo amaba. Movió su cabeza, rozando su nariz sobre la tela en el pecho del moreno, que luchaba por no levantarse y romperle la cara a esos dos. 

-¿Qué querían decir con segunda vez? 

Su cerebro debatió profundamente. Podía ocultarlo todo, dejar a su pequeño, feliz, con ese idiota en Shanghái y hacerse a un lado en Seúl, con su empresa y sin nada más que el trabajo. O podía contárselo, serían felices juntos, volvería a tener al cachorro entre sus brazos. Todo sonaba perfecto en esta última opción, entonces ¿Por qué dudaba tanto? Apretó la mandíbula. Con cada recuerdo, Hae sufría dolor, sufría desmayos, jaquecas, se retorcía en el suelo y lloraba sin querer. No le gustaba verlo en ese estado, no le gustaba nada. Pero tampoco le gustaba verlo entre los brazos de Siwon.

Acarició la suave mejilla.- ¿Quieres saberlo, aunque sientas que mueres de dolor?

Hyukkie tenía razón ¡Maldita sea! Si comenzaba a recordar si cabeza estallaría. Lo pensó, menos de lo que dura un segundo, había sido capaz de soportar al maldito SeungHo, sería capaz de eso. Asintió, con convicción. Y el relato de HyukJae duró todo lo que dura un padre contando un cuento a su hijo, hasta que este se queda dormido. Con DongHae cogiéndose la cabeza y tensando todo su cuerpo, encogido en el suelo, suplicando a Hyuk que siguiera, que terminara. Y eso hizo, hasta que el castaño terminó rendido con la palabra "Hipnosis" en su cerebro. 

Cachorro: Hipnosis 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora