VIII

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El muro que se extendía al frente de los cuatro chicos era algo extremadamente grande a la vista del ser humano. Con un cemento liso casi impecable, a metros y metros del suelo y con unos reflectores enormes que se aseguraban de vigilar la parte baja de aquella pared. El mundo parecía estar hundiéndose en ruinas y allí dentro te aseguraban un bote salvavidas con una bomba y temporizador activado.

Seungmin hizo un amague de querer salir de su lugar, recibiendo una mano en su pecho que le impidió moverse un paso más. Lacey llevó su dedo índice a sus labios y señaló la parte de arriba del muro, donde más de un hombre miraba hacia abajo con un arma en sus manos.

—Guardias. Cuidado con moverse mucho, por alguna razón adoran disparar esas cosas. —Se quejó, acomodando un gorro de lana en su cabeza que recién notaban los presentes, pues encima del mismo usaba una capucha para nada pequeña.

—Pareces un experto en esto, ¿No? —Acusó Chris, mirando al menor con una ceja elevada y clara desconfianza en su rostro.

—Solo estoy ayudando. —Se defendió, agregando un ceño fruncido claramente ya cansado de la mirada del mayor. Jeongin sabía que nada saldría bien de esa conversación.

—¿Cómo podemos entrar allí? —Preguntó, mirando con atención a Lacey y recibiendo la suya por completo.

—Toda la ciudad está controlada, es obligatorio el análisis en la entrada, dónde determinan no solo tus poderes, tu raza y básicamente tu identidad, sino que además lee la cantidad de poder que cargas. —Acotó, apoyándose en un árbol y mirando al menor con cierta curiosidad en sus ojos. —Claramente a ti te llevarían al ala principal.

—¿Ala principal?

—Tienes una conexión, ¿No es así? Pero está muerta. —Informó Lacey, mirando como Jeongin bajaba la mirada y tragaba duro.

—No está... ¿Por qué les importaría eso? —Evitó el tema el menor, llevando sus manos a sus labios, mordiendo sus uñas en un acto nervioso que había tomado en los últimos meses.

—Tener una conexión asegura un aumento de poder, precioso. —Lacey sonrió, como si aquello fuera algo que todos los Aurum y Ferrum sabían. —Ya sabes, cuando dos almas destinadas se tocan en plena abertura de sus poderes, se genera un tercer poder. —Todos los presentes desviaron la mirada excepto Jeongin, quien se mantuvo sorprendido mirando al chico nuevo. —¿De verdad no sabes eso? ¿Donde vivieron todo este tiempo?

—En un búnker. Huyendo de la sociedad y sus malos tratos. —Habló Seungmin, recibiendo una mirada de sorpresa por parte de Lacey.

—Oh, ¿Tú hablas? Creí que eras mudo.

—¿Donde viviste tú? —Preguntó Jeongin, frunciendo el ceño, ni siquiera tenía idea de que los Aurum y Ferrum seguían con vida allá afuera.

—En el exterior, por supuesto. No voy a esconderme, no soy su mascota. —Lacey soltó una risa sarcástica, sus ojos tomaron una forma de medialuna muy definida y por unos segundos Jeongin solo pudo pensar en Hyunjin a través de ella.

—¿Y el humo? ¿Los cazadores de Aurum y Ferrum? ¿Cómo es qué...? —Seungmin ni podía creer lo que el nuevo chico decía, todo ese tiempo viviendo bajo tierra y el disfrutando de un aire casi libre.

—Cerrábamos las ventanas de noche, fingíamos frente a los demás, de todas formas todos creían que estábamos extintos hasta hace unos meses atrás. —Lacey parecía divertido con la situación, sonriendo en como Chris aún ni le miraba, Seungmin mantenía intactos sus ojos en sorpresa y Jeongin parecía más melancólico que sorprendido. —Así que un búnker, ¿Eh? Increíble.

In My Veins - [Hyunin] [2] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora