Nori Kakyoin al fin fue rescatado de su horrible vida con sus padres, pero ahora deberá adaptarse a su nueva vida en un pequeño pueblo, luego de haber crecido en su lujosa mansión sin interacción con el mundo exterior. Al mismo tiempo, deberá aclara...
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La verdad era que Nori mentiría si dijera que lo de haber visto a Jotaro con alguien más no lo había afectado. Vamos que en el camino a la parada del autobús ni siquiera se atrevió a cruzar miradas con Rosenda, pues pensó que si lo hacía, los sentimientos lo iban a sobrepasar y se iba a poner a llorar.
Así que la caminata fue muy incómoda, con Nori respondiendo con apenas una o dos palabras a las preguntas de Rosenda. Claro que cuando llegaron a la parada del autobús, no pudo seguir haciendo de cuenta como que nada pasaba.
—Oye Nori... Tienes que decirle a Jotaro— dijo Rosenda de repente, rompiendo el tenso silencio
—¿Qué cosa?— Nori trató de hacerse el tonto
Rosenda lo miró levantando una ceja. Nori se pasó la mano por el pelo de la nuca y respondió distraídamente:
—Ah... Bueno, ya viste que obviamente él tiene cosas más importantes que hacer
—Porque él piensa que ya no quieres nada con él
—¿Y eso no es una mala señal? ¿Que ande tras de mí un día y luego ya ande con otro?
—No ha pasado solo un día
—Sabes a lo que me refiero...
Rosenda soltó un suspiro de exasperación y le dio una palmadita en el hombro, diciendo:
—Es tu turno de dejar de lado tus inseguridades y aceptar que le mentiste
—¿Yo le mentí?— repitió Nori
—¡Le dijiste que no querías nada con él!
—¡Me desesperé! Además, no quiero que deje a su nuevo ligue solo porque...
—Como sea Nori, él debe saber la verdad
Nori comenzó a juguetear con sus dedos, ansioso. Solo de pensar en la mirada aburrida en los ojos de Jotaro cada vez que se fijaban en él últimamente bastaba para que Nori sintiera una pequeña opresión en el pecho.
Nori pudo haber tenido todo junto a Jotaro, pero su indecisión y sus problemas internos le habían impedido verlo.
Pero también tenía razón en querer estar en paz consigo mismo antes de comenzar a preocuparse también por alguien más, ¿no?
Todo eso era muy complicado. No sabía si preocuparse más por sus sentimientos, los de Jotaro, por los de ambos, si quería una relación, si no quería una relación...
Esto de ser libre era muy complicado, pero al menos podía sentir por sí mismo. Porque antes ni siquiera tenía permitido sentirse feliz o triste.
