Capítulo 5

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El viento golpeando mi cara y el sol quemando mi piel, sí, en definitiva es mi sensación favorita, el mejor plan de Sábado. Cierro los ojos y solo escucho las olas reventar, mis pies tocando la arena y esta sensación de disfrutar la vida. Estos son mis momentos favoritos, los más preciados que la vida nos regala.

Por supuesto que no estoy disfrutando de el sol en la playa, porque no soy la favorita de Dios y estoy bien lejos de el mar, agh. Me encuentro bajando en el ascensor para ir al auto de Daniel porque adivina, alguien va al zoológico, el mejor plan de sábado no es. Maldición.

Ayer recibí una grandiosa llamada por la noche (porfa nota el sarcasmo) pero ya había decidido que es la realidad que afrontaré y sea cual sea la decisión que tome, estos son mis últimos días y tengo que aprovecharlos (aunque tenga que revivir mis traumas en un zoológico)

Revisé la hora en mi celular aunque ya sabía que era tarde. 9:25 am, sí, tardísimo, Daniel me va a matar porque se suponía que a las 9:00am ya tendría que estar lista, pero así es la vida. Invité a Nadia a venir pero ni siquiera abrió la puerta, me dijo que se sentía mal y no quería salir. Podría jurar que algo le pasaba, pero no lo sé, yo simplemente no la conozco y no puedo llegar a preguntarle cosas sin pruebas de la nada, tal vez lo hable con Mark.

La vez pasada que vi a Nadia, estaba asustada, y me preocupa que sea algo grave. No lo sé, solo por seguridad podría asegurarme con Mark. Para confirmar que todo está bien.

Cuando al fin llegué a la entrada, visualicé que al frente de el edificio había a un rubio y una cabeza peluda asomándose por la ventana de el copiloto.

¡Oh por Dios! un momento, ¡ES MILOOO! AAAAH ES MILOOOO.

ES MILO. ALERTA. ATENCIÓN. MI AMOR PERRUNO ESTÁ AL FRENTE.

Ok, Milo es un perrito raza french poodle, es de Daniel. Hace 7 meses cuando decidimos que nos vendríamos acá, nos dimos cuenta que en estos edificios no aceptan animales, así que Milo se tuvo que quedar con Magaly.

Un dato importante es que Milo me ama más a mí que a Daniel.

Cuando el cuerpo perruno me vió, empezó a ladrar y querer salir de la ventana como loco, estoy segura de que ese perro en otra vida fue el amor de mi vida. Corrí y lo saqué de el auto para alzarlo y este no dejaba de chuparme toda la cara con su lengua. Esto solo hacía que lo abrazara con fuerza. Daniel se bajó del auto pero no caminó, solo se quedó apoyado en la parte de arriba. Llevaba unos lentes oscuros y se los bajó un poco para mirarme con diversión y molestia. Lo último es muy probable que sea porque salí tarde.

—¿Ya te vas a subir o qué?

Lo miré con odio pero sin dejar de hablarle con voces extrañas a Milo, este macho definitivamente fue el humano de el que me enamoré en otra vida, estoy demasiado segura de esto.

—Sube ya, por tu culpa ya vamos tarde— caminé a la puerta de el copiloto para subirme con Milo pero Daniel me interrumpió—eh eh, no, ni se te ocurra.

—¿Voy en la cajuela o qué?— le dije frunciendo el ceño confundida.

—No es mala idea pero no, vas atrás con Mark.

Ah.

Me volví y vi a Mark que nos observaba divertido en silencio, no me había percatado de que estaba ahí. Básicamente ya lo sabía pero estaba tan ocupada con Milo que no le presté atención. Y no mentiré, se ve guapísimo este tipo.

Iba a protestar cuando Daniel levantó un dedo señalándome y continuó hablando.

—Si vas con Milo no se quedarán quietos y me harán chocar—se subió de nuevo al auto, mientras se ponía el cinturón y siguió hablando—Y Milo no irá atrás, así que deja ya a mi niño y sube de una vez, lenta.

Estrellas En Tus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora