Nuevo comienzo

Cap 1

"Cuando el corazón está en llamas, el humo sube hacia la cabeza"

Proverbio

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Vivir en paz era algo añorado por Aries, a pesar de tener una mansión y todas las riquezas que muchos anelaban se sentía vacío como si a su vida le faltará algo. Siempre escuchaba en el instituto a todos queriendo ser igual de rico que él. Que era verdad que el dinero no daba la felicidad pero si daba cruceros, ropa, lujos inigualables.

Pero también daba amigos falsos, una familia llena de odio, la cual deseaba la muerte de algún padre o tío para quedarse con los millones. El dinero dividía familias, creaba parejas sin amor.

Aries tampoco decía que quería ser pobre, no, quizás alguien de la clase media, con sus lujos pero tambien sabiendo que hay cosas valiosas. El daría la mitad de sus riquezas por solo pasar una cena familiar sin que discutan todos. Sin la mirada gélida de su hermano mayor o la triste de su pequeña hermanita.

Sin los comentarios hirientes que lanzaba sus padres recordándole el fracaso que había sido. O tal vez la mirada de repudio de su madre. Todo porque simplemente se metía en peleas seguidamente, porque sus notas no eran las mejores. Por rechazar por completo a la hija de un rico el cual proponía grandes negocios.

No le gustaban las mujeres y no iba a finjir como lo hacía su hermano. No era lo suyo, la chica solo era superficial, avara y él no era ya capaz de deducir si lo que veía era ella o un montaje hecho por operaciones para verse supuestamente más "atractiva".

– Aries.

La rechazó una vez y lo haría dos veces más si fuera necesario. Para el la belleza se basaba en algo más que el físico. Hubo un punto en que se consideró asexual porque no le ateiaa nadie o al menos eso pensaba.

– Aries.

Lo mejor sería dejar de pensar en estupideces del pasado. Ahora debía difrutar del tiempo en sus pequeñas vacaciones en Cancún a la cual había traído a su hermana pequeña, que no era tan pequeña sino una adolescente aunque muy bien sabía Aries que su hermana no era feliz en esa casa.

– ¡¡¡ARIES!!!.

El aludido dio un salto por aquel grito el cual lo enajeno de sus pensamientos y miro a quien lo llamaba. Es su hermana Glenda, su cabellos al igual que los de él son negros aunque sus ojos son avellana como los de su madre.

– ¿Que pasa?- pregunta Aries serio, no porque quisiera, siemplemente le sale así.

– Quiero ir a la piscina del hotel, me aburro aquí, pero no quiero ir sola- hizo un puchero para intentar convencer a su hermano para que la acompañara.

– Está bien, voy a ir contigo.

Glenda hizo una fiesta personal para ella misma haciendo un baile extraño en la opinión de Aries, aunque no le dio mucha importancia el también a su edad era así. Lamentablemente sus palabras lo cambiaron a ser alguien serio y poco comunicativo.

Ambos hermanos salieron de la habitación para poder ir al piscina y quedar una vez más como alguien sencible ante su hermana. Al llegar la chica no esperó mucho para quitarse la ropa que le sobraba y tirarse a la piscina. Aries por su parte recogió el reguero de su hermana para sentarse en una tumbona.