No estamos solos

Capitulo 5

Me duele muchísimo la cabeza , estoy mareada, me falta el aire, no veo nada, no escuchó a nadie. No se cuanto tiempo llevo aquí, pero más de 2 horas seguro. Poco a poco empiezo a recuperar la vista, veo todo borroso. Lo único que veo es que estoy en una habitación oscuro, solamente entran unos pequeños rayos del sol por una ventana con barrotes que hay a mi izquierda. En frente mío hay una silla vieja y medio rota. Tengo los pies y las manos atados con una ligera cuerda. En la boca tengo una cinta, supongo que para que no hable o pida ayuda. Estoy desesperada, necesito respuestas a mis tantas preguntas que tengo, necesito una miserable explicación convincente de porque estoy en este oscuro sitio. Mientras pienso y pienso de como salir de aquí pasan 15 minutos. Empiezo a pensar que voy a morir aquí de hambre o de desidratamiento. Hasta que escucho golpes en la puerta de metal que tengo delante. Alguien está intentando tirar la puerta abajo. Creo que vienen a por mi. Me empiezo a mover arrastrándome por el suelo para esconderme detrás de un viejo mueble para que no me vean ni me hagan daño. Ya estoy detrás del mueble cuando de repente escucho que tiran la puerta abajo. 

- Hay alguien aquí?-Pregunta una voz grave. Creo que esa voz es de la persona que me ha secuestrado, pero,  si el me ha secuestrado, ¿Por qué pregunta si hay alguien aquí? Se supone que debería saberlo, a no ser que no sea mi secuestrador. Seguramente acaba de preguntar eso para despistarme y pillarme desprevenida.

Estoy temblando por el miedo, tengo un mal presentimiento. Creo que me ve el brazo. Estoy intentando moverme lentamente hacia la derecha para que no me vea, ni me escuche.

Como no, mi jugada sale mal, en mi intento de moverme sin querer golpeo el viejo mueble situado enfrente de mi y cae un viejo vaso sobre mi cabeza. Los cristales se rompen contra mi cabeza y siento mucho dolor. El choque de el vaso contra mi cráneo ha hecho ruido y el hombre que había entrado a la sala se acerca lentamente. Siento que el corazón se me sale por la boca. No me muevo por mi estado de shock y por el dolor que siento. 

-  ¿Estás bien?- Dice la anterior voz. Su voz me causa un escalofrío y no veo otra opción así que levanto la cabeza para mirarle y que acabe ya con esta tortura.

- ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?- Consigo decir después de un gran esfuerzo por que no se me salten las lágrimas.

- Hola, soy Hayden, estoy aquí porque mi amigo me informó de que vio a un grupo de hombres arrastrando a una chica por el suelo y que la chica parecía inconsciente, así que averigüé donde te escondían y vine, para salvarte.- Dice el supuesto Hayden. Tiene el pelo rubio oscuro y los ojos de un color azul marino, la verdad es que sus ojos me resultan familiares...

Después de que de sus explicaciones me levanto del suelo, le esquivo por la izquierda y me salgo de la oscura habitación. Al salir veo que estoy en un callejón oscuro y veo que es de noche. El callejón está vacío y solamente hay dos farolas en toda la calle. En unos 100 metros ya hay una avenida así que decido salir del callejón. Me sorprende que no me siga Hayden, pensaba que seria el típico chico pesado que va de príncipe azul. Me quedan más o menos unos 50 metros para salir de el callejón cuando de repente veo a dos hombres viniendo hacia mi a un paso acelerado. Los hombres son altos aunque a esta distancia no sabría descifrar su rostro. Me asusto cuando veo que empiezan a correr hacia mi, así que decido volver corriendo a la habitación de antes para resguárdame sin que me encuentren. Me quedan 20 metros para llegar cuando me giro y veo que están muy cerca a punto de alcanzarme. 

Al entrar veo que Hayden no está solo, si no que está con un chico un poco más alto que el. Tiene el pelo rizado y cabello color carbón. Tiene los ojos verdes oscuros y está bastante fuerte. Al entrar escuchó como que están peleando pero al verme entrar dejan de hablar y me miran confusos, yo no hago caso a sus miradas y cierro la puerta que está detrás de mi para impedir que entren los dos hombres que me perseguían.