Ocupe modismos Chilenos, así que aquí va el significado:
-Pega : Trabajo, labor, ocupación.
-Weona: Tonta, estúpida, imbécil.
-Cartucha: Persona extremadamente conservadoras, aquellas que se alarman con palabras o imágenes groseras, que salgan del protocolo. Ser extremadamente religioso se relaciona con esto también.
________________________________________________________________________________Flavia presionaba sus labios con vehemencia, su calma era enloquecedora, succionaba con una ternura envestida de fuego, su lengua ardiente abrazaba su dedo índice con un ritmo avasallador. Cáceres se preguntaba "¿Cómo era posible tal dualidad en una sola mujer?", la enloquecía. Pensaba en su andar imponente, sobrenatural, parecía flotar, cuándo la miraba irradiaba una sensualidad empalagosa fuera de este mundo, deleitando cual Diosa a los simples mortales. Javiera se sentía un huracán, un universo de emociones que convergían en su pecho, quería hacerle el amor ahí mismo, quería poseerla con locura, quería sentirla cambiar de estado, liberándose de sus prejuicios, miedos, ataduras y preocupaciones, anhelaba amarla con tiempo, besar cada centímetro de su cuerpo, deleitarse en su centro, beber de ella hasta desfallecer, sentirla fuego y tempestad; Se rendiría para siempre por tocarla pensó. En un movimiento astuto, la pelirroja envolvió completamente el dedo de Javiera con su boca, emitiendo un murmullo implorante, casi angelical, sintiendo esta ultima la vibración de la voz en su piel.
-Mmmmh ... Javiera – Suspiro, fuera de sí.La mujer sintió un escalofrió que le recorrió el cuerpo cuando Flavia pronuncio su nombre, se sorprendió al sentir el roce que irrumpió en su entrepierna húmeda, cerró los ojos y tenso la mandíbula ahogando un gemido, sentirla era glorioso, no podía dejar de pensarla, aunque estuviese a su lado. Cuando los dedos hambrientos de la mujer acariciaron su monte de venus, se tensó, siguió descendiendo lentamente en círculos, rosando su carne por encima de la ropa, su pelvis se movió como un péndulo, sin pedirle permiso, soltó un quejido cuando sintió la costura de su ropa como una muralla entre ella y el paraíso. Flavia podía sentir el calor que emanaba la inspectora; Con los ojos cerrados la pelirroja curvo levemente su mano acoplándola de forma impecable a su anatomía, regalandole un vaivén oscilante y ensordecedor, comenzó a masajear su parte baja con la palma, mientras sus dedos ejercían una leve presión en su entrada, anhelaba cruzar el umbral. A Javiera le hormigueaba el cuerpo, sentía la presión y el ardor palpitante, que incrementaba su intensidad cuando sentía los dedos de la mayor deslizándose impetuosa sobre la tela del pantalón, su pelvis acudía al encuentro en un ritmo delicioso, como un acorde , ambas jadeaban intermitentes en una melodía en continuo crescendo. En ese instante experimento una epifanía, de pronto vio todo con claridad y abrió sus verdes ojos para decirle lo que no podía seguir ocultando.
-Flavia... te amo –Su voz sonó nerviosa, jadeante, pero decidida.La pelirroja se detuvo, acto seguido dejo ver sus ojos claros entornados, tenían un brillo incandescente que la abrazaban con la mirada, sus labios entreabiertos y agitados se sumaban a esa expresión exquisitamente esperanzadora que le desbordaba el alma. La observo detenidamente, expectante, por primera vez en su vida Javiera Cáceres estaba experimentando el miedo por un otro, nunca había amado de esa manera, nunca se había sentido así, como una adolescente enamorada, adoraba la sutileza del descubrirse cada vez que se veían, el pedirse permiso con la mirada, como si ambas estuviesen profanando un templo sagrado en tierra ajena. Siempre sentía con Flavia esa emoción, como si fuera la primera vez, despertaba en ella profundas pasiones que pensaba inexistentes. No quería comparar, eran personas diferentes, pero con Maira jamás había experimento ese sentir, la quiso mucho, fue bueno mientras duro, pero Flavia llego para poner su vida de cabezas, y su alma también por supuesto.
-Javiera yo... -La voz aterciopelada de Flavia le atravesó el cuerpo.
El corazón de Javiera latía como un tambor de vudú, respiraba profundo, la tensión en la mirada de Flavia la desarmaba, no podía vislumbrar que había detrás de esos ojos que evitaron el contacto, de pronto se sintió apenada, la pelirroja miraba el piso dubitativa, su rostro se había comprimido en una expresión dura, pero sus verdes iluminaban todo lo que su vista alcanzaba, parecían dos piedras preciosas. Javiera tomo el rostro de Flavia entre sus manos y acaricio la línea de su mandíbula, la hizo mirarla a los ojos, con el dedo pulgar repaso sus mejillas suaves como el mármol, vio sus ojos llenos de dolor, rodó un mechón de cabello detrás de su oído acariciándole el lóbulo, la sintió estremecerse y observo como nuevamente rehuía de ella. Javiera tomo fuerza y dijo en un tono decidido ocultando el miedo.
-Con Maira terminamos, ya no estamos viviendo juntas, ella iba a dejar la casa, pero decidí irme yo
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Sempiterno
FanfictionFlavia se debate entre la razón y el corazón. Su mundo se viene abajo y lucha constantemente para no derrumbarse mientras una mujer fuerte y decidida se presenta en su vida para demostrarle que todo puede cambiar si luchan juntas. Fanfic basado en...