Capitulo 3

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La maquinaria era ruidosa como siempre. Piezas por aquí y por allá, personal que iba y venía, vapores, algo de humo y; ¿cómo no? Cientos de cámaras y algunos robots. Naruto creía firmemente que aquellos tacaños de sus jefes escatimaban más en sus míseros salarios, solo por mantener esa fachada o una seguridad inútil. Porque ciertamente, nadie estaba tan loco cómo para robar algo en esos sitios. Conseguir trabajo era difícil, digno o bueno, moralmente digno lo era el doble. Ninguno correría el riesgo allí de hurtar lo que no era suyo. Además, eran simples piezas de maquinaria, y el único en toda la fábrica con un hobbie robótico era el rubio. El resto no les encontraría un uso redituable, en absoluto.

De cualquier forma estar allí era; no sólo aburrido, sino también estresante. Llegaba un punto en el que Naruto comprendía a los pobres obreros de la Revolución Industrial. Estar todo el día ensamblando piezas, durante horas prolongadas era cómo un lavado de cerebro. Cualquiera pensaría que en los tiempos que corrían, el trabajo de ese estilo tan rudimentario sería obsoleto. Si tenían para pagar robots por seguridad, ¿por qué no hacerlo para que los mismos robots trabajaran en los ensambles? La respuesta era fácil y a la vez ligada a la política.

El mundo entero se dividió en distritos. Algunos más privilegiados que otros, y a su vez todos con algo en común en sus zonas carenciadas. Aquellos denominados "ricos" o "mayormente pudientes" estaban en la zona segura. Pero todos los artilugios, artefactos, máquinas y demás accesorios que estos últimos consumían, se creaban del lado opuesto al muro divisor. Exacto, en zonas cómo el Distrito C, dónde Naruto habitaba. Los robots de lujo o todo aquello que implicará una mayor tecnología e inteligencia, por supuesto, se encontraban en los prestigiosos laboratorios que para la gente común serían simples mitos. Pero Naruto sabía que existían, sus padres eran el más claro ejemplo, y ahora Sasuke la prueba viviente de ello.

Ahora bien, volviendo al punto central. Los barrios carenciales contaban con mucha población, población que para bien o para mal no podían dejar morir o a su suerte así cómo así. Necesitaban controlarlos sin involucrarse directamente, que fueran su respaldo o plan B, porque siempre se la podía encontrar un uso. Y para ello, para que vivan y tengan sus propias vidas, los privilegiados o lo que es lo mismo, quienes controlaban el Estado, formaban acuerdos con los fabricantes menores de los distritos. Es así como pese a todo avance tecnológico, ellos seguían como en el 1800 en ciertos aspectos.

—¿No probarás bocado?

La melodiosa voz de su amiga le sacó de su ensoñación. Es verdad. Su descanso. Estaba en su media hora para comer algo. El único momento dónde podía coincidir con Sakura en aquella fábrica.

—Ah, perdón Sakura—rió rascando su nuca. —No he dormido mucho.

—Cielos, ya deja ese hobbie tuyo. Apuesto a que estuviste en el deshuesadero de nuevo. ¿Tienes una pequeña y robótica ranita nueva?

Su amiga se burló con una sonrisa tierna. Amaba que aún con las adversidades que pasaban y las dificultades que podían apreciarse día a día en la calle, Naruto jamás hubiera abandonado su sueño. Ella sabía que él quería ser inventor, cómo en su tiempo lo fueron sus padres. Lo sabía, porque tuvo la suerte de que su familia acogiera a Naruto cuando éste quedó huérfano a la temprana edad de siete años. Sin embargo, por distintos motivos a los doce, sus padres tomaron la decisión (incorrecta según ella), de abandonar al rubio en el orfanato principal cerca de la catedral. Lloró cómo nunca antes lo había hecho, y se prometió a si misma visitarle todos los días. Fue así como su amistad floreció.

—Algo así, me has pillado.— rió con algo de vergüenza.

Naruto la contemplo mientras Sakura le hablaba de uno de sus pacientes. Era la médico encargada de la enfermería de la fábrica, si alguien perdía un dedo en la maquinaria; allí estaba Sakura. Pero el motivo de su mirada dulce hacia la chica era, simple y sencillamente, porque la amaba. Si. Se había enamorado de esa niña que pese a su carácter fuerte y algo caprichoso, le visitaba sin falta en el orfanato. Sakura era linda, fuerte, inteligente y trabajadora. El único problema era su mal ojo para sus parejas...

CyberHeart 🖤 (Narusasu) -Lemon-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora