Quizás en otra vida |Kazufuyu|

Capítulo 3: Estrella

—Oi, Takemichi, deja de cortar el paso.

El mencionado miró desorientado a quien sea que le haya hablado. Moviendo un poco su cabeza para poder entender en dónde era que estaba.

—Ya, Takemichi, ¿Qué te pasa? ¿Quieres que te golpee el trasero?

Giró para ver a la persona que estaba atentando contra su vida. Encontrándose con el ceño fruncido de Draken.

Era Draken, igual que siempre, excepto que ahora llevaba el pelo negro y no rubio.

—¿Draken-kun?

La expresión de Draken rápidamente cambió a una de preocupación, notando a Takemichi un poco más torpe de lo normal. Acerco su mano a su rostro y con brusquedad la posó sobre la frente del contrario, tratando de ver si tenía fiebre.

Takemichi rio y retrocedió, dejando que la mano de Draken cayera al aire.

—Estoy bien, solo, uh, me dio un pequeño mareo.

Draken rodó los ojos, haciendo a un lado a Takemichi para poder pasar.

—De haberlo dicho antes, idiota.

Takemichi lo siguió al interior de ¿un departamento? ¿Hacia dónde se dirigían? O se dirigía Draken, no estaba seguro de si él debía ir también, pero optó por seguirlo en vez de quedarse solo allí afuera.

Vio a Draken tocar una de las tantas puertas que había en el pasillo, siendo esta abierta unos segundos después.

—¿Kazutora-kun?

Takemichi se acercó al de pelo largo, mirándolo de cerca, casi creyendo que se trataba de una ilusión.

—¿Y este qué tiene?

—No sé hombre, que en el ascensor estaba igual de imbécil.

Takemichi se giró a mirarlo indignado, recibiendo un golpe en la frente y una risa de parte del más alto, para después ser arrastrado por el mismo dentro del departamento.

—¿Mikey aún no llega?

Mikey-kun.

Oh.dios.mío.

Por favor que en esta línea temporal todos están bien. Un momento, ¿Dónde está Chifuyu?

—Aún no llega, Draken-kun. Me dijo que pasó a comprar algo con Izana y Emma.

Quién es Izana.

Un momento.

—¡¿Chifuyu?!

Se soltó del agarre que Draken tenía sobre él, corriendo hacia donde escuchó la voz de su amigo. Saltando sobre él una vez que lo vio, provocando que ambos, gracias a dios, cayeran sobre uno de los sillones, con él sobre Chifuyu,

—¿Eh? No pensé que me habías extrañado tanto, siendo que nos vimos ayer.

Chifuyu se burló, agarrando sus mejillas y estirándolas.

Vio unas cuantas lágrimas en los ojos de su amigo, preocupándose de inmediato por él.

—Oye, oye, ¿Qué te pasó?

—Estás vivo.

Chifuyu no entendió, mirando a Takemichi como si estuviera loco.

¿Vivo?

Ah, ya, lo captó.

—Volviste, eh.

Chifuyu se rio, abrazando a Takemichi fuertemente. Cerrando los ojos y disfrutando de ese pequeño momento de paz.