El Cuñado Estorbo [Bingqiu/ ModernAU]

II

Esa mañana, mientras Liu Mingyan se iba a la escuela, se sentó sigilosamente a lado de Qi Qingqi y Liu Qingge mientras desayunaban.

—Ayer Liu Mingyan trajo a un muchacho—comentó casualmente. Esperó pacientemente por un explosión de curiosidad.

Qi Qingqi estaba leyendo una revista de peinados y outfits populares. No se interesó en absoluto en las palabras de Shen Yuan. Del mismo modo, Liu Qingge estaba demasiado ocupado mirando a Bob Esponja en la televisión.

—Era muy apuesto, quizás es su pretendiente, o quizá Liu Mingyan está enamorada de él—divagó intentando llamar su atención.

La cocina continuó en silencio.

Shen Yuan se puso ansioso y jaló del cuello a Liu Qingge.

—¿Si escuchaste?—preguntó con enfado.

Liu Qingge frunció el ceño y se deshizo de sus manos con un manotazo.

—¿Cuál es el problema con eso?—preguntó Liu Qingge volviendo a fijar sus ojos en la televisión.

Shen Yuan estaba sorprendido por la falta de interés. ¿Por qué era el único preocupado por Liu Mingyan?

—¿No es obvio? Hay que probar que ese muchacho es suficientemente bueno para Liu Mingyan—explicó golpeando el costado de su mano contra su palma.

—Liu Mingyan ya va a la universidad, es responsable y sabe con quién se junta, así que no hay problema—Qi Qingqi respondió perezosamente cambiando de página y bostezando. Shen Yuan estudió los grandes pies con sandalias en la página de la revista. Luego miró la televisión con el mentón recargado en su mano.

A su lado, Liu Qingge soltó una risa suave y tonta mientras Bob Esponja caía de cara a la arena de Fondo de Bikini. Shen Yuan se quejó de él en silencio. Luego estornudó y se restregó la nariz con su dedo índice.

Qi Qingqi pasó otra hoja.

—Tápate cuando estornudes y ponte suéter—mandó sin mirarlo.

A Shen Yuan no le gustaba que le mandaran. Además, tenía mucha pereza para levantarse. Fingió que no había escuchado, hasta que sintió la mirada de Qi Qingqi sobre su espalda.

—¿No me escuchaste?—preguntó alzando una ceja retadora.

Shen Yuan asintió juntando sus palmas e inclinándose hacia ella para pedir piedad. Se levantó y fue a su habitación a ponerse un suéter dócilmente.

Liu Mingyan volvió a llegar temprano esa tarde. Luo Binghe iba tras ella de nuevo con su cara dócil y apenada.

—Espera aquí un momento—pidió Liu Mingyan a Luo Binghe y fue hacia su cuarto.

La sala, ocupada sólo por ellos dos, se quedó en un tenso e incómodo silencio. Shen Yuan quiso irse, pero su función de hermano protector se activó y decidió quedarse para vigilar a ambos jóvenes.

Bueno, pensó Shen Yuan, no porque nadie más se preocupe dejaré de preocuparme yo.

Mientras comía pokis con yogurt de fresa, hacía girar una pluma entre sus dedos. Después de pensar un momento, detuvo las piruetas de la pluma y desplazó su punta contra el papel.

Qi Qingqi le había ordenado que hiciera una lista de cosas que faltaban para poder comprarlas después. Así que aquí estaba, como un rommie obediente.

Estrechó sus ojos y volvió a girar la pluma entre sus dedos. Fijó su mirada en la figura acomplejada de Luo Binghe.

Sus ojos oscuros miraban las manos de Shen Yuan con un brillo de asombro. Shen Yuan miró su propia mano sin entender el interés de Luo Binghe.

—¿Tienen algo mis manos?—preguntó con cautela.

Luo Binghe sacudió su cabeza.

—Me preguntaba cómo logra eso—explicó señalando su mano con la pluma.

Shen Yuan volvió a girar la pluma entre sus dedos tres veces.

—¿Esto? Es muy fácil—presumió fingiendo desinterés. Luego giró una vez más la pluma. En realidad, él había aprendido gracias a un vídeo y una práctica continua de varios meses—. Sólo tienes que ponerlo sobre tus dedos y empujar con este.

Repitió su movimiento y la pluma giró sin caerse. Por su parte, Luo Binghe lo intentó, pero la pluma se deslizó fuera de su mano. Así intentó varias veces, siempre con el mismo resultado.

—No me sale...—suspiró con un puchero.

Shen Yuan dejó su propia pluma sobre la mesa. Se inclinó hacia delante con un poki colgando de sus labios. Agarró los dedos de Luo Binghe y los acomodó.

—Tienes que sostenerlos así, ¿entiendes?—enseñó sosteniendo su mano—. Luego haces esto y...—Shen Yuan empujó suavemente el pulgar de Luo Binghe y la pluma giró perezosamente antes de volver a caer.

—Ah...—se lamentó Luo Binghe. En secreto pensó que las manos de Shen Yuan eran muy cómodas.  

Shen Yuan chasqueó la lengua. Apretó la mano de Luo Binghe con más fuerza.

—Sostenlo firme—regañó. Puso la pluma de nuevo entre sus dedos y guio de nuevo el movimiento. La pluma giró sin salir volando. Luo Binghe sonrió. Sus ojos brillantes eran comparables a los de un niño que logra algo importante. 

Shen Yuan sonrió satisfecho.

—Recuerda esa posición y práctica varias veces, así podrás dominarlo—añadió sosteniendo su poki y mordisqueando hasta dejar solo boronas.

Luo Binghe asintió. De pronto, al ver la sonrisa amable de Shen Yuan un sentimiento se calentó en su pecho. Quizá Shen Yuan no lo odiaba después de todo.

 Volvió a intentarlo siguiendo las instrucciones de Shen Yuan. La pluma no salió volando hasta tres vueltas después.

—¿Qué hacen?—preguntó Liu Mingyan acercándose y asomando su cabeza.

Shen Yuan se recargó en los estantes de atrás con los brazos cruzados. Hizo una seña a Luo Binghe.

—Muestrale.

Luo Binghe fue obediente. En sus dedos bailó suavemente la pluma dos veces y luego rodó sobre la mesa y cayó con un ruido apagado sobre la alfombra.