𝟏𝟑

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Binnie se movía grácil sobre el suelo de la cocina, conociendo muy bien que hacer para complacer a su bebé.

Y si, era pasta.

Eunwoo amaba la pasta, y el azabache no era tonto como para no darse cuenta.

Pero unas manos se engancharon a su cintura mientras sentía el delicioso aroma a coco envolverlo.

-Binnie...-Llamó el menor con su mejilla sobre la espalda.

-¿Si, bebé?.- Respondió mientras apagaba el fuego y se volteaba, sosteniendo a su pequeño y lindo novio desde su estrecha cintura.

-Te amo.- Dijo el menor con una pequeña sonrisa, recibiendo un besito en su nariz.

-Te amo también, conejito.

Eunwoo se acercó más, apoyando su mejilla sobre el pecho de Moonbin.

-¿Podemos ir a tu habitación? Aún no tengo hambre.

Como siempre, Moonbin asintió. Nunca le decía que no a su bebé.

Ambos fueron de la mano hacía arriba, una vez llegaron a la habitación, Eunwoo respiró profundo y buscó entre las prendas de su mayor un bonito pañuelo.

-¿Qué haces bebé?.- Preguntó el mayor mirándolo más no cuestionando su confianza hacía sus cosas.

-Quiero jugar un juego.- Dijo el menor con una tierna sonrisa.

Bin asintió, sentándose en su cama, esperando las reglas.- Te pondré esta venda en los ojos y tu me deberás buscar en la habitación.

Bin sonrió y asintió, a lo que el menor se acercó y vendó los ojos del mayor.

Besó sus labios cortamente y se alejó, esperando que este se parase y lo atrapara.

Bueno, no como tal. Eunwoo comenzó con su plan "Calentemos a Moonbin" y cuando el mayor se paró, caminó suavemente sobre la alfombra.

Eunwoo pasó por detrás de él, tocando con suavidad su espalda baja. Logrando que el mayor voltee rápidamente.

-Te atraparé...- Murmuró Bin, sumido en el juego. Sin ser capaz de ver las intenciones del menor.

-¿Eso harás?- Dijo ahora el pelinegro, posando una de sus manos sobre la nuca del menor y la otra escondida suavemente sobre el estómago del mayor.

Moonbin jadeó ante la sensación de las manos frías sobre su piel. Eunwoo no tardó en besar sus labios como en las películas. El azabache estaba sorprendido, sus manos atrajeron más al pelinegro hacía él. Apretando su cintura con ambas manos. Pero Eunwoo tenía otros planes y comenzando a sentir el pequeño bulto que había crecido en ambos pantalones, no se echaría atrás.

Bajo sus manos y tomó las del mayor, apoyándolas sobre su trasero, sin dejar de besarle.

Moonbin gruñó y apretó el traserito del pelinegro, escuchando un pequeño gemido cuando rozó su colita.

-Binnie...fajemos.- Pidió, con el corazón desbocado y su respiración hecha un desastre.

El mayor quitó la venda de sus ojos, mirando ahora al menor con completo deseo. Relamió sus labios y asintió, completamente cegado por sus emociones y por los rosadas que estaban las mejillas de Eunwoonnie.

Con suavidad comenzó a desabrochar los botones de la camisa del menor la cual, al ser tan ancha se deslizó por su brazos hacía el suelo. Eunwoo se sonrojó de sobremanera y bajó su mirada pero el azabache lo tomó del mentón con suavidad.

-Eres hermoso...- Susurró para luego devorar sus labios en un hambriento y deseoso beso donde los suyos dominaban.

Eunwoo intentó quitar la camisa de Moonbin, a lo que él se separó un momento para permitirle quitársela. Pronto sintió las manos de su menor recorrer su piel con cuidado. Y él se deleitó con la suavidad de la piel pálida del menor, apretando con suavidad pero con una pequeña pizca de posesividad.

Moonbin lo condujo hacía la cama, lo sentó y se separó de él para quitar su pantalón, quedando sólo en bóxer. Sentía su respiración demasiado agitada y el sólo ver a su pelinegro de esa forma, mirándolo tan deseoso hacía que el líquido pre-seminal comenzara a brotar de su polla.

Se sentó cerca del cabezal de la cama, Eunwoo lo miró curioso.

-Bebé, quítate tu pantalón.- Ordenó amablemente.

El menor no replicó e hizo lo que le pidió.

-Ven aquí...- Murmuró extendiendo una de sus manos hacia el pelinegro. No dudo en aceptarla.

Lo sentó sobre sus piernas, lejos de su dolorosa erección y notando el bulto en los pantalones del menor.

-¿Seguro que quieres hacer esto?.- Preguntó comenzando a pensar con la cabeza de arriba.

Eunwoo pareció desilusionado.

-¿Tú lo estas?.- Replicó con los ojos llorosos.- ¿Es que acaso no te gusto?

Moonbin se pateó las bolas como 100 veces en su mente. ¿Había logrado que su bebe sea inseguro? Joder, que imbécil.

-Bebé, si tuviera que tomar yo la decisión... ya estarías sobre la cama gimiendo y créeme, no sería por un faje.

Ante esa declaración el menor se sonrojo y suspiró, el que el mayor hablara de esa forma era de alguna forma excitante. Sentía que su entrada comenzaba a lubricarse.

-Hazlo.- Pidió el menor, sentándose sobre la pelvis del mayor, logrando que su trasero quedé delante de la erección y comenzando a moverse suave.

Moonbin reprimió un jadeo.

-No te quiero follar.- Dijo con la voz estrangulada.- Quiero hacerte el amor y no de esta forma.

Si, pese a todo Moonbin seguía siendo el mismo chico tierno y dulce. Eso derritió al menor el cual asintió.

Pero se estremeció cuando el mayor se acercó a su oído y susurró con su voz grave:

-Y luego, te follaré toda la noche.

Posó sus manos sobre el trasero del menor y lo ayudó a moverse, marcando un ritmo. Fajando y besándose. Ambos estaban en su punto más alto de placer. Eunwoo era virgen en todos los aspectos, Binnie tuvo "experiencia" por juegos en fiestas, aunque seguía siendo virgen por lo que la resistencia de ambos no era colosal.

Eran sensibles y estaban hacíendolo con la persona que, quieran o no aceptarlo, formó parte de sus fantasías.

Eunwoo gimió sin frenos, abrazando al mayor y besando sus labios los cuales el mayor se encargó de morder y chupar, dejando su boca y bajando a su cuello donde chupó, lamió y mordió de forma suave. Logrando volver loco al pelinegro.

-Me encantas...- Susurró el mayor sobre el oído del menor para luego dejar un chupete en su cuello.

Eunwoo estaba llegando por lo que lloriqueo al ser sobreestimulado. Moonbin entendió y con el permiso implícito en su mirada, Eunwoo asintió por lo que el mayor ingresó su mano dentro del bóxer del menor y comenzó a masturbarlo. Suave, lento al principio haciéndolo gemir como loco. Luego puso su dedo sobre la punta, mientras su mano apretaba el glande.

Eunwoo lloriqueó de frustración. Quería correrse, esto era demasiado. Y lo fue aún más cuando el mayor dio pequeñas estocadas en su trasero, rozando el bulto del azabache contra su entrada.

Dejó su cabeza caer sobre el hombro del mayor, mordiendo su piel y gimiendo.

Esto era demasiado para él, cuando se corriera serian tantas sensaciones nuevas que iba a sentirse abrumado.

Cuando Moonbin se sintió más cerca, liberó al menor, acariciandolo de forma rápida, tragándose los gemidos del menor en un beso lento pero hambriento.

Eunwoo se corrió, gimiendo alto, con sus ojos cerrados y una expresión que lo hizo correrse a él también. Joder, Eunwoo era tan... increíble. Pensó el mayor. El mismo chico que podría llegar a ser super tierno era completa y malditamente erótico.

Abrazo al menor sobre su pecho, mientras sus respiraciones se regulaban.

-Binnie...- Llamó el menor luego de un rato donde el mayor pensó que estaba dormido.

-¿Si bebé?.- Preguntó mirándolo desde arriba.

Eunwoo salió de su pequeño escondite y besó el pecho del azabache.

-¿Podemos hacerlo de nuevo?

𝑪𝒐𝒏𝒆𝒋𝒊𝒕𝒐 // 𝑨𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora