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⊹ ᨘ໑ ¡ jeongin era el omega mas codiciado y deseado por la mayoría de los alfas de la preparatoria, los tiempos habían cambiado y aunque aún la mayoría de los omegas seguían siendo huecos y estúpidamente sumisos, algunos poco...
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Observaba a varias personas entrar y salir, a algunas las conocía a otras no, sin embargo, todos parecían conocer a su madre, pues siempre hacían una reverencia hacia ella cada vez que entraban.
Miró al lado suyo donde estaban sus hermanos mayores, los tres sentados con la mirada baja, Seungmin cargaba un marco con la foto de su padre.
A Jeongin se le volvieron a cristalizar los ojos, aun no podía creer que su appa ya no estaba con ellos, Minho le dijo que había ido al cielo para poder cuidarlos desde allá. Pero él no quería eso, él quería que su appa lo abrazara, quería lanzarse a sus brazos cada vez que el mayor llegaba del trabajo, quería ver su rostro orgulloso por ser el mejor de la clase.
Pero ya no se podía, se sintió realmente ofendido cuando todos quisieron tratarlo como un bebé con palabras típicas: "Él tenía que irse para cuidar mejor de ustedes", "Fue a hacer un viaje a la luna y tardará un poco en volver". Palabras tan estúpidas, es lo que había pensado el recientemente presentado omega, vale, tal vez no era un adulto, ni siquiera un adolescente, pero tampoco era un bebé.
Su papá estaba muerto, punto. Agradecía a Changbin por haber sido el único directo en cuanto al tema.
No lloró, no soltó ni una sola lágrima. Sólo se limitó a callar, desde que recibió la noticia por parte de Changbin, no dijo palabra alguna, preocupando a su madre.
Se levantó de su lugar con la mirada de sus tres hermanos sobre él, pero los ignoró saliendo de la sala donde velaban las cenizas de su padre.
Corrió por los pasillos sintiendo su respiración fallar, tenía un nudo en la garganta y sus ojos picaban por las lágrimas que había luchado tanto por guardar.
Salió de ese horrible lugar donde mantenían las cenizas de varias personas, chocando con un niño, el cual iba pasando por ahí.
Ambos cayeron, el más alto hizo un puchero al ver todas las croquetas de comida para perro tiradas en el suelo, iba a reprocharle al más bajo y tal vez golpearlo por chocar con él, por lo que bajó por su cuello los audífonos de caso que llevaba.
"¡Idiota, has hecho que tire la comida de mi perro!".
"¡¡A quién le importa tu estúpido perro!!". Respondió el menor, Jeongin gritó por fin dejando salir sus lágrimas y sollozos.
El pelinegro lo miró alarmado, el chico estaba arrodillado mirando al suelo mientras lloraba. Sintiéndose un poco incómodo, por su cabeza pasó la idea de dejarlo y hacer como si nada hubiera pasado.
