Capítulo 11

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Alex estaba completamente desorientado escuchando chillidos agudos en lugar de las voces de sus acompañantes, sentía sumamente extraño desde que salió a tempranas horas de su hogar incluso no sabía que le estaba ocurriendo a su propio cuerpo.

Por un segundo, todo su mundo se vino abajo cubriéndose los ojos para no observar ese brillo irritante que salía de las bombillas de esa cocina, necesitaría un baño donde lavarse el rostro e intentar tranquilizarse.

Bajo su mirada a la mano que le impedía proseguir su búsqueda permitiéndose jalonear insistentemente aquel suéter verde manzana que poseía un rubio a su lado.

—Mhm, ¿Ocurre algo?—Pregunto Willy alejándose del grupo para hablar con el menor.

Alex suspiro señalando sus manos entre juntas.

—¿Podrias soltarme? ¡No soy un niño pequeño!, iré al baño—Suspiro en el último verso.

—Yo te acompaño para ver si estás bien—El albino estaba dispuesto a seguir sintiendo un jaloneo nuevo, ahí estaba Alex negando con la cabeza soltando ese agarre.

—Si necesito ayuda, te lo diré—Sonrio.

—Confio en ti, idiota.

Dicho eso, Alex subió aferrándose de los barandales las escaleras en búsqueda del baño de ese siguiente piso, en su cabeza no terminaba de procesar lo enorme que era esa casa para solo habitarle Luzu, quizás odiaría los primeros días vivir solo.

Después de todo, Luzu jamás estuvo acostumbrado a vivir solo en lugares tan espaciosos.

Sus pasos disminuyeron a la par de sus suspiros por ese pasillo de tonalidades blancas, debía admitir que la persona que escogió ese lugar tenía un buen gusto a la moda, colo también la persona que se escuchaba de lejos en ese pasillo que se oía muy melosa.

Para Alex fue extraño escuchar esa voz rasposa apunto de quebrantarse, sonaba un timbre desesperado optando a caminar despacio y deleitarse de los vocablos de aquella persona descubriendo un enorme secreto que cambiaría el rumbo de la empresa.

Sus ojos quedaron abiertos hasta más no poder sujetando ligeramente la perilla de esa puerta marfil, entonces el castaño que a todos les hizo creer que era un pasante, su realidad era que es el jefe de la compañía.

Vaya, eso era el típico cliché de las telenovelas donde el jefe se mezcla entre sus empleados para ver el rendimiento de esa empresa.

—Auron...

El azabache tocó repetitivamente la puerta esperando a alguien del otro lado que abriera, del otro lado, Auron quebró sus ojos maldiciendo entre murmuroa rezando que no hubiera escuchado nada de lo que habló.

Sin embargo, elevó un poco su mano al Portillo quitando aquel seguro que dividía la realidad de su burbuja mental observando a un azabache más bajo adentrarse a su espacio cerrando en silencio la puerta.

Alex dibujo una mueca en sus labios agachándose a la altura de Auron para apoyar su cabeza en el hombro ajeno mientras se sentaba, aún sentía mareo al estar de pie y quizás, si hablaba con el castaño disminuiría.

—¿Estas bien, Alex?—Murmuro Auron rodeando su brazo através del cuello del menor.

— Sisisisi, no te preocupes—Disculpo acomodándose mejor en el brazo ajeno—Entonces, ¿Nos estás mintiendo a todos? Eso es de ratatopos lo que haces—Burlo en un suspiro cerrando sus ojos tras ese silencio.

Auron ya no quería seguir con ese engaño más tiempo, pero la junta colectiva decía que debía culminar su semana para dar las declaraciones finales de quienes se quedarían o quiénes contratarían para volver a sacar a flote Karmaland INC.

—Solo hago lo que un buen jefe, debe hacer...

—Sabes que si él se entera...

El empresario torció los labios asintiendo sutilmente, ese era su mayor preocupación que una persona capacitada, de buen corazón como Luzu se sintiera traicionado por un supuesto pasante que en realidad, era su jefe.

—Lo sé, eso s-

Un silencio sepulcral nació en ese baño cuando el mayor indeciso miro un momento al azabache que estuvo inmóvil a su lado, pareció extraño en su cabeza que no se moviera o hablase, a lo que lo levanto un poco entre brazos notando su cara pálida derramando sudor frío.

—Alex, Alex—Llamo desesperado Raúl optando a cargarlo entre sus brazos y huir mediante las escaleras al piso de abajo.

Al pisar ese piso todos sus compañeros se encontraban riendo en la planta baja produciendo un enorme eco que provocó un murmuró en los labios del inconciente, Auron quebró en desesperó pidiendo ayuda maniaticamente ganándose la atención de todos que corrieron a socorrer al azabache.

—¿PERO? ¿QUE LE SUCEDIO A ALEX?—Alertado, dijo Rubius colocando una de sus manos en la frente comprobando su temperatura—Esta helado.

Willy empujó a Rubius del camino pidiendo el cuerpo del menor para cargarlo con más cuidado.

—¿Que le hiciste al niño, rata?—La voz del albino cambió drásticamente mirando asesinamente al mayor—¡ME LLEGO A ENTERAR Q-

Auron negó con sus manos ayudándolo a acomodarlo en sus brazos.

—Habia ido al baño, pero cuando me estuvo sacando plática en los pasillos se desmayó—Tuvo que cambiar un poco la situación para que no le descubrieran que estaba entrando en una crisis nerviosa.

Todos se dejaron de rodeo llevándose al menor de ellos a un hospital cercano, mentirían si no sintieran miedo en sus corazones que algo le sucediera al más chico de todos.

Donde el más agobiado era Luzu que conducía rápidamente olvidando cada uno de las reglas fundamentales al estar en vía pública, a su lado estaba Rubius intentando calmar al conductor mientras detrás estaban Willy y Mangel protegiendo al azabache que temblaba del frío.

Esa situación fue super extraña para todos, y más atemorizante para el "pasante" que iba en el auto detrás con Vegetta que intentaba seguirle el ritmo al castaño.

Finalmente, Luzu intentó tomar un pequeño atajo violando más de 12 multas de tráfico que quizás nadie había visto estacionandose en la entrada de emergencia del hospital donde un albino alto se bajó alarmado pidiendo ayuda a gritos.

Willy bajó en sus brazos al azabache siendo apoyado por un grupo de enfermeros que se lo arrebataron para disponerlo en una camilla e irse lo más rápido posible, los chicos siguieron el paso a la sala de espera donde los enfermeros pidieron amablemente que los esperarán en ese sitio.

Ahí fue que el corazón de esos cuatros chicos desvanecieron comenzando excelentemente el fin de semana que se suponía que se tomarían de vacaciones.

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Jefe Encubierto | Luzuplay [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora