Jefe Encubierto | Luzuplay [Pausada]

Capítulo 13

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Un grupo de jóvenes se contemplaban en esa enorme sala afirmándose el desastre emocional que sentía cada uno en sus corazones, los amigos del chico internado sentían los nervios a flor de piel donde todos estaban separados y atentos a su vez.

Luzu estaba refugiado en el brazo de Auron con los párpados cerrados, sentía un cansancio extremo por estar sentado nueve horas consecutivas.

Rubius había ido a tomar aire acompañado de Vegetta para que los colores de esa habitación no le hicieran llorar por 3 vez de los nervios.

Mangel regreso a casa a buscar la llave de emergencia del apartamento de Álex para recogerle algunas cosas que lo hicieran sentir agusto.

Por último, estaba Willy cruzado de brazos en una de las columnas que llevaba a la zona de habitaciones con sus párpados cerrados, el más nervioso de todos era sin duda ese rubio momentáneamente teñido.

Conocía desde años atrás a Alejandro que siempre cuando le daban sus bajones e y deshidrataciones, él estaba presente como dios manda para protegerlo, no se imaginó que hubiera pasado sin que él o alguno de los chicos no hubiera estado presente.

Soltó un suspiro agobiado permitiéndo a su pie derecho juguetear con las baldosas para calmar su ansiedad, decidió quedarse ahí en la sala de espera solo para saber noticias de ese azabache y acompañar a Luzu para que no le diera un colapso, pero a sus ojos el se veía protegido con Auron.

A pesar, que le oculta una gran mentira detras.

Willy acomodó su columna nuevamente en esa pared dando las buenas noches a las enfermeras que educadamente le saludaron, necesitaba respuestas de inmediato de su amigo, iba a mover sus contactos si era necesario pero cuando estuvo decidido a moverse sintió una mirada penetrante encima suyo.

Y era Luzu que le ordenó con la mirada volver a su sitio.

"—Tsk, el imbecil me conoce bien—"

Retomo de mala gana su sitio soltando un suspiro, esa noche no podría ponerse peor.

—Hola Guillermo.

Willy llevo una de sus manos a la frente maldiciendo en sí mente, no podía creer que el imbécil de su jefe estuviera ahí en el hospital con él apunto de colpaso.

La razón por la que Fargan estaba ahí, fue por Vegetta que lo llamo horas atrás para que viniera a hacerles compañía, a un principio se negó porque no querría estar de mal tercio para ninguno pero al escuchar el nombre de la personita que tanto amaba molestar, tomo su primera prenda, preparó algo de comer para todos los chicos del hospital y salió disparado.

El haría todo por ese chico, a pesar que se odiaban de muerte.

—¿Porque la vida me trae desgracia tras desgracia?—Gruño levemente Willy girando su rostro a otro lado.

Fargan sonrió delicadamente rodeando sus brazos en el pecho ajeno tras voltearlo frente de el protegiéndolo contra su propio pecho.

Al principio, el albino intento resistirse empujando al castaño que apretaba más y más ese agarre hasta que empezó a ceder al contacto escondiéndose en el pecho ajeno, ya estaba lo suficientemente cansado.

—Calma rata, llora todo lo que tengas que llorar—Susurro tiernamente acariciando sus cabellos albinos.

En cambio de llorar ese chico de ojos avellana, solo cerró sus ojos soltando un suspiro, ahora sí se sentía cómodo, lo odiaría al día siguiente pero estaba agradecido que estuviera ahí.