Capitulo 4: Alguien nuevo

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Acostumbrarse a nuevas situaciones nunca fue un gran desafío para mí, y creo que puedo aceptarlas sin problemas. Por lo que no me fue difícil habituarme a la nueva rutina esta primera semana y tener un horario establecido para organizarme en las mañanas me resultó reconfortante.

Todos mis días comienzan a las seis y media con una ducha de agua caliente y con mis inútiles intentos por controlar el frizz de mi pelo. Decidí que esa ya era una lucha perdida, pues no puedo dejarlo suelto porque se me infla como si me hubiese dado electricidad. De vez en cuando uso el secador, pero como tengo mucho pelo y muy grueso, tardó bastante hasta que quede decente con algunas ondas. Por eso es algo que no hago muy seguido.

Lo que sí me resulto un poco extraño, fue el hecho de alguien más estuviera en la casa. Es la primera vez que mamá contrata a una mujer para que se ocupe de algunas cosas, por lo que a veces me sorprendía al cruzármela en la cocina o alguna otra habitación.

Pero, a pesar de eso, logré conocerla bastante bien esta semana; en una conversación que tuvimos el miércoles a la hora de la merienda, ella me contó acerca de su familia. Mientras yo tomaba un té con tostadas, ella preparaba la cena para dejarla lista antes de irse.

— Tengo dos hijos— pronunció como respuesta a mi pregunta acerca de con quien vivía— El varón se llama Marcos, tiene 23 y está estudiando para ser profesor— anuncio mientras terminaba de poner los ingredientes en la olla. — Y mi princesa se llama Analía, tiene tu edad, creo que va a la misma escuela que vos.

Conversamos por un rato largo ese día, casi el resto del tiempo que le quedaba antes de irse a su casa. Me encantó la manera en la que hablaba de sus hijos, se podía notar todo el amor que sentía por ellos. Me mostró una foto de Analía, pero no la reconocí como compañera. Tal vez no la noté en estos días.

Volviendo al tema de la escuela, la primera semana estuvo tranquila. Me gustó el ambiente en general, los profesores son interesantes y amables, pero creo que las que más me agradaron fueron las profesoras de matemáticas y arte. Ellas se mostraron muy comprensivas conmigo y trataron de que me sintiera integrada.

Lo que más me ayudó fue haber conocido a Victoria: ella es una chica cariñosa, amable, muy extrovertida, pero no me hace sentir incómoda intentando que hable con todo el mundo. Es alta, pero no muy delgada, tiene sus curvas, pelo negro y lacio, ojos azules, realmente es una chica muy linda.

Me dio un recorrido por la escuela, que es bastante grande debo decir, tiene tres pisos y un campo donde se realizan las actividades físicas y los talleres.

También me presentó a sus amigos, no son tantos como creí, pero se lleva bien con todo el mundo. Tiene a sus mejores amigas con las que pasa la mayor parte del tiempo, Ángela y Sandra, muy amables las dos también, pero no me prestaron mucha atención, solo un "hola" ocasional de vez en cuando y listo. No es como si estuvieran obligadas a darme conversación, pero sentí como si no tuvieran intención alguna en conocerme.

A la salida del colegio me encontraba con Anto que, desde el primer día, ya se había hecho de amigos; en el segundo día ya se había ido a almorzar con ellos, avisándole a mamá por mensaje. Prácticamente volví sola toda la semana.

Me hubiese gustado que Vicky viviera más cerca de casa, así hubiésemos podido volver juntas, pero no, ella vive del otro lado de la escuela, así que solo nos despedimos a la salida y cada una tomaba su camino.

Un par de veces me invitó a su casa, pero le invente alguna excusa para no ir, creo que se dio cuenta, pero no me juzgó ni se enojó. Se que no puedo evitarlo siempre, pero no me siento con la confianza necesaria para eso. Tal vez solo quiero estar en la comodidad de mi cuarto, sin molestar a nadie.

Cosas de la vida (En Proceso)-EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora