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-¡Te extrañé tanto!- Isa escala sobre mi cuello causando cosquillas que me hacen reír, acaricio su larga y delgada cola bordeada por una línea de escamas

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-¡Te extrañé tanto!- Isa escala sobre mi cuello causando cosquillas que me hacen reír, acaricio su larga y delgada cola bordeada por una línea de escamas.

Las personas con tan solo mirarla sienten asco, pero ellos son un asco, Isa es amor. No entiendo que asquerosidad podría tener un animal.

-Veo que ella también te extraño- mamá sirve los pasteles en la mesa acompañado de dos tazas de té.- Dime, ¿Te gusta tu nuevo hogar?

-Me gusta mucho mamá, el señor Viktor nos trata a todos como sus hijos y parecemos una gran familia.

-Eso me alegra, ¿qué día puedo conocer a tu amigo?- mamá bebe su té con una mirada pícara.

-Mamá...en realidad el vive en la otra habitación- escupe su té por la cara de Isa, me sobresalto ante su sorpresa. Hago una mueca de asco, mamá se levanta rápidamente tomando un trapo, pensé que me lo entregaría a mí, pero me pasa a un lado.

-Perdóname pequeña, es que tu hermana no sabe medir sus palabras y sabes que soy muy sensible- limpia a Isa, mientras ella se come el pedazo de pastel. Finalmente le da un beso y vuelve a sentarse.

-Entonces es tu vecino- suelta más calmada.

-Así es mamá.

-¿Por qué no lo invitas?

Mamá es muy terca, es imposible de entender. No puedo ir con Conan porque estoy cumpliendo el trato y si no fuera así tampoco iría, mamá empezaría a sacarle fotos para enviar a sus amigas.

-Él no está en casa seguramente. Estudia mucho, será veterinario.

-¿En serio?- asiento- debería llevar a Isa con él para sus chequeos. Entonces invitalo a cenar mañana.

-Mañana no...

-¡No quiero excusas!, tu papá tendrá el día libre mañana, así que vayan a cenar.

-Está bien mamá iremos- afirmé rendida.

Mamá sonríe emocionada. Dejo de beber mi té al sentir mi estómago dar vueltas, aprieto mi cabeza intentando calmarme.

-¿Qué sucede?

-No, nada- la calmo, prefiero hacer pasarlo para no preocupar a mamá.

-Nathalie llamó.

-¿De verdad?

-Sí, salió del hospital y está muy emocionada. Si te hace sentir comoda mañana podemos invitarla.

-No, es mejor otro día. Conan no sabe nada.

-¿Tú no le contaste?-pregunta con decepción.

-No y espero que no lo sepa.

-Eso es muy injusto.

-¿Esperas que todos se alejen?. ¡Me odio a mí misma con solo recordar!- me levanto de golpe de la silla- no menciones nada manaña.

-Será como quieras, pero déjame darte un consejo- se levanta de su asiento- si él y los demás se enteran, y deciden alejarse es porque sus intenciones nunca fueron reales. Tú no tienes porque sentirte mal por algo que no es culpa tuya.

-¡Prefiero estar rodeada de mentiras! así siempre fue mi vida, mamá. Hoy no te inyectará, todo está bien, ya se fue. Ustedes vivieron mintiéndome es por eso que prefiero vivir mi vida sin prestarle atención a la realidad- me acerco a la puerta y lo abro, miro a mamá- Quiero estar sola, nos vemos mañana.

Mamá asiente, coloca una gorra rosa a Isa. Sonrió dándole un beso y luego a mamá.

-Lo siento- susurra caminando a la salida, cierro la puerta y quedo viendo la pared.

Estoy empezando a relacionarme nuevamente con las personas y si solo es una mentira estaría feliz de ser parte de ella. Prefiero mentiras que una realidad en el cual todos me vuelvan a dejar.
Suspiro tomando mi gorro para salir del edificio.

En la entrada saludo al señor Viktor, caminando un poco me encuentro con Lena en la calle, venía mirando el cielo para más tarde fijarse en mí. Bajo la mirada decidída a ignorarla, pero su voz maligna me detiene.

-Me preguntó ¿qué diría tu bella madre si se entera que pasaste la noche en el cuarto de Conan?, tal vez, si el señor Viktor supiera se te caería la máscara de santa- aprieto la mandíbula y giro hacía ella.

-Ve a decirle a quien quieras. Mi mamá no me diría nada y el señor Viktor no tiene derecho de nada.

-Estas viviendo bajo su techo, que mal agradecida eres.

-Esto no es asunto tuyo, Lena.

-Ten cuidado, puedes estar siendo utilizada.

Sonríe maliciosamente adentrándose al edificio. Me quedo en medio de la calle analizando el peso de sus palabras. Decidí continuar mi camino jugueteando con el llavero de bob esponja en mis manos. Desvío la mirada en el restaurante del frente, me quedo boquiabierta ante la tierna escena; Conan llevaba una gorrita parecido al de un marinero con un delantal azul, estaba llevando una bandeja en manos hasta una mesa. Tomo mi teléfono tomándole algunas fotos.

Decidida a entrar en el restaurante camino hasta allí. Me quito el gorro y me siento en una de las mesas a espaldas de él, aún no percibe mi presencia. Le envío las fotos que tomé hace unos instantes, poco después su teléfono suena y lo recoge del delantal, se gira con el ceño fruncido empezando a buscarme con la mirada, sus ojos cafés se encuentran conmigo.

-Una semana y un día de la nueva semana- aclara acercándose.

-Es espacio libre, puedo sentarme.

-¿Dónde conseguiste mi número?

-De parte de Lyam- cierra los ojos asintiendo.

-¿Quién más podría ser?- vuelve su atención a mí- estoy muy ocupado.

-Sí, quiero un pastel de chocolate.

-¡No voy a servirte nada!

-Entonces tendré que acusarte con tu jefe.

-No lo harás- me levanto y me acerco al gran mostrador lleno de cosas dulces, el señor del mostrador me sonríe.

-¿Necesita algo, señorita?

-Sí, tengo una que...

-¡Yo la atiendo, señor! - Conan toma mi brazo para apartarme de ahí.

-¿Qué intentas hacer?- susurra.

-Tú eres el que no quiere...

-Mira, el plazo baja a cinco día, pero me dejarás en paz.

-¡Eso es genial! Sabía que no podrías estar mucho tiempo sin mí. Mañana iremos a cenar con mi familia y hoy iremos a adoptar un gato- abre los ojos con sorpresa y me saca del café.

-¡No iré con tu familia!

-Por favorcito- ruego

-¡Nunca!, y mucho menos iré a la tienda de mascotas, tengo alergia a los gatos.

Un nuevo día para amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora