8. |i m n o t g a y|

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Saciar una necesidad que no creía conocer era su único objetivo en ese momento, sus enormes brazos cubrieron la espalda de Liu YangYang mientras sus entrepiernas volvían a friccionarse con ímpetu. A pesar que el muchachito llevase un pantalón deportivo y él solo ropa interior, podía sentir como su pene volvía a endurecerse.

-Señor... Lee.

Beber de su boca, succionar sus labios, escucharlo gemir una y otra vez, el íncubo estaba entrando en un estado hipnótico donde todo lo que podía hacer era brindarle a su esencia demoníaca lo que le pedía... el placer.

Pero de pronto los párpados de Liu YangYang empezaron a pesar en demasía, los movimientos de su boca se volvieron más lentos, dejó de frotar su cadera contra la de su profesor, soltó el cabello oscuro de aquel "hombre" y acomodó su rostro contra el cuello de este permitiendo abandonarse en la oscuridad repentina.

Yongqin detuvo todo beso o caricia cuando se dio cuenta que el estúpido corderito no le respondía y de inmediato comprobó con un dedo en el cuello que seguía viviendo. Chasqueó los dedos para que la luz de la habitación se encendiera y tener mayor visibilidad de su estado, su piel estaba aún más pálida, sus labios algo violáceos, sus ciclos respiratorios más lentos. No lo había matado pero sí robado demasiada energía en las caricias.

-Imbécil, estúpido humano imbécil.

Si lo abandonaba podía morir en unas horas y todo el juego se habría acabado.

El demonio observó con sus ojos rojos al muchacho que dormía sobre su cuerpo y lo detestó, lo detestó por no ser capaz de clavarle unas garras o follarlo hasta que diera su último aliento. No estaba rompiendo ningún código de "ética del mal" mientras tuviera en claro que tarde o temprano iba a asesinarlo ¿Cierto?

Flash Back

La mano de aquel hombre descendió lentamente por su espalda hasta descansar en la base de ella, pegando su cuerpo al suyo como si ambos se fundieran, estuvieran hechos el uno para el otro o ambas cosas.

Dejun sintió sus mejillas arder y miró hacia el lado, tenía muy viva la imagen en su mente de aquel "vedetto" penetrando a la muchacha, de su mordida en la nuca de esta y sus ojos cuando cruzaron miradas en el momento preciso en el que se corrieron cada uno a su lado. Solo medía 4 centímetros menos pero ahora se sentía como si fuese mucho más la diferencia de estatura, aquel hombre era imponente y demasiado sensual.

-¿Te han comido la lengua los ratones? -murmuró y pudo entenderle, extraño cuando en realidad la música estaba muy alta.

El chino descendió la mirada a sus pies pero la mano del otro sujetó su barbilla y la subió.

-¿Cómo te llamas? -dijo cuando sintió valentía para hablarle. Casi había susurrado pero el rubio lo escuchó.

¿Vio vacilación en sus ojos? un pequeño gesto en sus labios era suficiente para ser llamado como indicio de sonrisa.

-¿Yo? ... Hendery Wong -sus cuerpos se mecían con lentitud, los demás parecían enérgicos bebiendo y sacudiendo la pista de baile con algo parecido a música electrónica- ¿Y el tuyo?

-Dejun Xiao... Xiao Dejun para ser preciso.

Kunhang levantó la mano y la descansó en la mejilla del muchacho, su niño era precioso y aunque sabía que borrarle la memoria le había salvado la vida, dolía que no recordase todo lo que habían hecho juntos.

Cada día que pasaba, cada segundo en el que aquel hombre lloraba por ser discriminado por sus propios padres, el demonio se inquietaba y su deseo por matarlos era más fuerte, pero ¿Podría traspasar las barreras y hacer algo que no estaba en su misión como íncubo?

|la obsesión del demonio| [TenYang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora