15. |b i t c h|

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Con una tímida sonrisa sostuvo la flor azul-violeta para guardarla en el bolsillo antes de pararse del columpio y asentir, el demonio sentía como si le hubiesen pateado las entrañas ¿Por qué razón Xiao Dejun tenía que ser tan adorable? Juntos, el uno al lado del otro, caminaron por el parque disfrutando del silencio y la compañía.

Kunhang observó una pareja que tenía sus manos enlazadas antes de mirar las suyas vacías, podría sostener sin problemas las de Dejun pero el muchacho entraría en colapso innecesario.

—¿Cómo es Yongqin siendo profesor? ¿Tirano? ¿Malhumorado? —las mejillas del humano se tiñeron rosadas como los pétalos de una flor de cerezo.

—Al inicio era un hombre muy serio pero luego cambió de humor, nuestras compañeras de la escuela incluso se han golpeado contra una pared por desviar la mirada hacia él —Miró a Hendery, su cabello rubio, su sonrisa tímida, su estómago se contrajo— ¿Puedo ser honesto? para mí tú eres mucho más bello, no imagino al señor Lee en este plan de caminar y ser sencillo, tú eres...

No era sencillo, no era bonito, el único motivo por el que actuaba de esta manera era porque estaba enamorado de él, de ser lo contrario seguiría en su existencia demoníaca haciéndole la vida imposible a los humanos y rindiéndole tributo al gran Lucifer.

Pero el hecho que Dejun le hubiese alagado también hizo hervir su rostro y sonreír como idiota. Se detuvieron cuando el mayor le pidió que esperara, 2 minutos después llegó con una manta azul bajo el brazo y la extendió sobre el césped y bajo un enorme árbol que les brindaba sombra fresca.

Y como si el destino lo hubiese deseado, un hombre pasó con un carrito vendiendo helados en Cono.

El adolescente se paró con los ojos brillando como si hubiese encontrado un tesoro, registró sus bolsillos buscando dinero pero "Hendery" le dijo que invitaba. Eran detalles sencillos pero la belleza estaba allí. Después que ambos tuvieran su helado, el mayor le hizo un gesto al heladero para que se retirara, un gesto que pasó desapercibido para el humano pero que el servus entendió como un vete hora.

El demonio era capaz de utilizar todos los recursos a su favor.

—Después de esto prometo que pasaremos a un restaurante de lujo.

—No necesito de esas cosas —estiró sus pies y apoyó la espalda en el tronco de un árbol, Hendery estaba de piernas cruzadas como si meditara. Le dio una pequeña lamida a su helado — ¿Puedo preguntarte cosas para conocerte más? —a pesar que sabía lo que implicaba, Kunhang asintió, había inventado tantas identidades en su existencia pero jamás olvidaba una — cuéntame más sobre ti ¿Hermanos? ¿Padres? ¿Vienes de China? o ¿Cómo llegaste a trabajar en un club sexual?

Xiao Dejun, incluso antes de perder la memoria, siempre había sido un chico exquisito con la curiosidad al límite. Contestó con la voz calma a cada una de sus preguntas tal cual lo hizo en el pasado y algo en lo que el trío de íncubos habían quedado de acuerdo en una reciente conversación: eran amigos porque estuvieron en el mismo orfanato y nunca fueron adoptados.

—Llegué a trabajar en un club sexual porque Yongqin propuso la idea, el mundo gira en torno al sexo y es una opción muy buena para explotar y sacar dinero. Solo espero que no te esté espantando.

Dejun acercó su rostro un momento y sin preguntar depositó un suave beso en la mejilla de Kunhang para hacerle entender que no lo estaba espantando, un gesto colmado de ternura que hizo la vacía existencia del demonio un par de segundos mejor.

Podía haber corrido el rostro y probar su dulce boca (solo lo había besado un par de veces para entregarle energía), pero se sentía tan malditamente bien hacer las cosas correctas que solo se quedó allí sonriendo bobaliconamente mirando la manta color azul.

|la obsesión del demonio| [TenYang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora